Morales recibió dos propuestas del Gobierno para dirigir medios estatales. A fines del 2003, Mona Moncalvillo le ofreció sentarse al frente de Radio Clásica. Antes de tomar una decisión, el uruguayo impuso ciertas condiciones mínimas. “Yo no podía trabajar sin ciertas bases y ellos no podían pagar el costo monetario que significaba mi proyecto”, cuenta el uruguayo, que “por suerte” –dice– terminó negándose. “Creo que no soy necesario en la parte directiva de algo así. Es mucho más relevante el papel que puedo cumplir como un tipo que engancha a la gente común con buena música”, subraya. Anteriormente, Kirchner le propuso ser uno de los gerentes de Canal 7. “Los gobiernos se confunden: no basta con que una persona tenga buena imagen, sea presuntamente honesta y sepa conducir un programa para que sepa dirigir un canal. Las propuestas son un gran halago, pero uno debe resistirse. No me siento capacitado para puestos directivos. Puedo aportar ideas, estimular la puesta al aire, pero no dirigir. Puedo asesorar ciclos que yo vería, en base a lo que a mí me gustaría, lo que no significa que sean interesantes para el público.”