ESPECTáCULOS
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Un mendigo erotómano
Como escritor, Pablo Pérez es el más lanzado de los de su generación, creador de un folletín por entregas llamado El mendigo chupapijas (editado por la editorial Belleza y Felicidad), que sorprendió como un fanzine reducido a los amigos y alcanzó una extraña masividad. El mendigo de esa historia duerme en el cine porno y nunca omite en su relato el detalle de su faena sexual: técnicas y posiciones. Pero detrás del air erotómano deja entrever la soledad y el desamparo de estar en la ciudad sin techo, con el cuerpo enfermo y maltrecho, y propone una revolución narrativa: que aun así subsista el deseo. Esa conjunción entre deseo y enfermedad, que se corre del lugar común del lamento de otros diarios del género, también es el tema de Un año sin amor, editado por Perfil, en el que la narración se hace más autorreferencial, en formato de diario íntimo, pero en los mismos ámbitos socialmente desaprobados como el pub leather, el cine porno y el boliche gay. Allí Pablo Pérez personaje se relaciona con los mismos rostros, sufre el rechazo, conquista para una noche y amanece con un vacío de domingo que empieza a despejarse cuando descubre el cóctel de drogas y cuando empieza a escribir el relato que será su libro. Recientemente descubierto por la Academia, incorporado a un programa oficial de Literatura del Siglo XX en la carrera de Letras de la UBA, elogiado por nombrar al sexo como nadie e integrarlo a lo cotidiano sin hacer alarde de “excursión”, Pérez escribe sin rodeos, sin juegos retóricos, simple y directo como las imágenes de Un año sin amor.
Nota madre
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