Miércoles, 23 de julio de 2014 | Hoy
LA VENTANA › MEDIOS Y COMUNICACIóN
Para Martín Pablo Sosa, la información sobre ciencia y tecnología constituye un valor de vital importancia para el desarrollo de un país y los medios de comunicación se erigen como actores imprescindibles si se quiere generar mayor apropiación social del conocimiento científico.
Por Martín Pablo Sosa *
La información sobre Ciencia y Tecnología (CyT) constituye un valor de vital importancia para el desarrollo de un país. Por medio de ella, las sociedades pueden conocer las distintas investigaciones que el Estado sostiene con fondos públicos y sus respectivos resultados. De no hacerlo, se correría el riesgo de que una sociedad desinformada desestime la importancia de la investigación científico-tecnológica nacional y, en épocas de vacas flacas, apoye políticas que promuevan el recorte presupuestario de este tipo de actividades.
Los medios de comunicación, al ser la principal fuente de información científico-tecnológica a nivel mundial, se erigen como actores imprescindibles si se quiere generar una mayor apropiación social de la ciencia y del conocimiento científico. Por esta razón resulta menester analizar el despliegue informativo de los medios en temas de CyT.
Desde el sector público, hace algunos años, la Secretaría de Ciencia y Tecnología (SECyT), contaba con un organismo que se encargaba de esto, pero con la jerarquización institucional de finales del 2007 que derivó en la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología (MINCyT), los estudios sobre medios se discontinuaron.
Sin embargo, el análisis de la comunicación de la ciencia y la tecnología continuó su expansión por otros canales. En este contexto, un estudio reciente analiza la oferta informativa sobre CyT en las ediciones impresas disponibles online de los tres diarios de mayor circulación a nivel nacional (Clarín, La Nación y Página/12) en el año 2011. En dicho trabajo se analizaron más de 11 mil textos periodísticos durante un período de seis meses y se encontraron 416 artículos referidos a actividades científico-tecnológicas. Entre las conclusiones más relevantes, encontramos que:
Los tres diarios dedican un similar porcentaje de espacio a los textos de CyT. Todos le otorgan entre un 3,45-3,67 por ciento de su “blanco” (en 2005, este porcentaje rondaba el 2,402,70 por ciento).
Existe un grado considerable de institucionalización de la ciencia en la prensa gráfica. En más del 90 por ciento de las ediciones se publica, como mínimo, un artículo de CyT; más del 70 por ciento de estos textos están firmados por periodistas del diario; y cada uno de los diarios analizados cuenta con, al menos, una sección y/o suplemento dedicado específicamente a la actividad científico-tecnológica.
Los textos de origen argentino son los que predominan en la muestra. Cerca de la mitad (48,08 por ciento) pertenecen a esa categoría. Lo siguen de cerca los que hacen referencia a investigaciones y trabajos de países extranjeros desarrollados, que constituyen casi un tercio (32,21 por ciento) de los artículos totales de CyT. Son llamativos los bajos índices de participación de los textos sobre investigaciones y/o desarrollos provenientes del resto de América latina. Sólo aportan el 3,13 por ciento al total de textos de CyT.
El género periodístico más utilizado para comunicar CyT es la “Noticia” (56 por ciento). Se la relaciona con la comunicación de lo novedoso, continuando el histórico modelo de “científicos descubrieron que...”. El segundo género más utilizado es el de “Opinión” (18,50 por ciento), seguido de cerca por los “Reportajes o notas” (17,54 por ciento). Tres es el número de fuentes consultadas promedio para redactar un artículo de CyT. Se asemeja a la media de otros tipos de textos publicados en la prensa gráfica y acentúa aún más el creciente grado de institucionalización y profesionalización de la ciencia en la prensa gráfica nacional.
Dos de las tres fuentes más consultadas son de origen extranjero (“científicos, tecnólogos o instituciones de CyT extranjeras o internacionales” y “revistas o publicaciones científicas extranjeras e internacionales”) y, juntas, ambas concentran casi un cuarto de las consultas (24,05 por ciento).
Cabe destacar que se encontraron múltiples diferencias en los “rankings” de fuentes en cada uno de los diarios analizados. En La Nación y Clarín se privilegiaron las voces extranjeras por sobre las nacionales y las provenientes del ámbito privado por sobre las de actores del sector público. En Página/12, en cambio, las voces que primaron fueron las del sector público nacional.
La actividad científico-tecnológica es concebida como una tarea netamente individual. El enfoque que la encuadra como una acción colectiva, producto de contextos políticos, sociales, culturales y económicos, no alcanza el 30 por ciento.
No habrá un pleno desarrollo científico-tecnológico sin una eficiente comunicación del mismo. Las sociedades mediatizadas de la actualidad así lo exigen. Para ello es necesario continuar los estudios que contribuyen a conocer en profundidad los discursos sobre CyT en la principal fuente de información científica de las sociedades (los medios), para así poder elaborar las estrategias más precisas y efectivas para cada caso.
* Licenciado en Periodismo USAL (Universidad del Salvador), AmerSur. [email protected]
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