El ataque a la muestra Familias QHeridas, con obras de cinco hijas de desaparecidos, fue “un acto de depredadores de la verdad histórica”, afirmó Estela Carlotto. Los dos atacantes fueron registrados por las cámaras del Centro Cultural Recoleta cuando se dirigieron a una instalación de la artista María Giuffra y la reemplazaron con el dibujo de un pene. Luego fueron a otra sala y destruyeron fotocopias de cartas de la abuela paterna que exponía Jorgelina Molina Planas, nieta que recuperó su identidad en 1984. La muestra, que incluye también obras de Ana Adjiman, Angela Urondo y Victoria Grigera, continuará hasta el 11 de septiembre.
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