Jueves, 27 de marzo de 2008 | Hoy
Por Graciela Zarebski *
La actividad sexual en la vejez puede seguir siendo estable y satisfactoria en quien la practicaba antes; en todo caso, puede disminuir ligeramente la frecuencia del coito. La capacidad de mantener la sexualidad durante muchos años depende de dos factores: preservar la salud física y mental y contar con partenaires que se interesen activamente por el sexo.
Los cambios en la función sexual vinculados con la edad se definen por el enlentecimiento: por lo general se necesita más tiempo para alcanzar la excitación sexual y el clímax. Pero, como esto es más pronunciado en los varones que en las mujeres, mejora la sincronización entre ambos sexos, ya que la excitación es a menudo mucho más rápida en los varones jóvenes que en las mujeres de su edad. Por ejemplo, en la madurez es más frecuente el orgasmo compartido.
Sin embargo, los mitos sobre la sexualidad en la vejez impregnan tanto a los que están envejeciendo como a sus familiares y, muy frecuentemente, a los profesionales y el personal en instituciones. Ello genera actitudes represivas ante expresiones de la sexualidad. Además, algunos profesionales no toman en cuenta el efecto que ciertas medicaciones tienen sobre la sexualidad, no se ocupan de informar al paciente, de indagar en este aspecto de su vida y, eventualmente, ayudarlo a seguir ejerciendo su sexualidad mediante otras estrategias.
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