Lunes, 24 de marzo de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › EL DUEñO DE PINAR DE ROCHA, DETENIDO POR LA MUERTE DE SU MUJER, DIJO QUE ERA DEPRESIVA
Los primeros informes de la autopsia comprometen la versión del suicidio, dada por Daniel Bellini. Su mujer, Morena Pearson, bailarina stripper del boliche, fue hallada con un disparo en la cabeza el viernes pasado, tras mantener una discusión con Bellini.
Daniel Bellini, de 58 años, y propietario de la conocida disco de Ramos Mejía, Pinar de Rocha, declaró ayer ante la Justicia. Detenido desde el sábado pasado, acusado de balear a su pareja, la bailarina stripper Morena Pearson, de 35, Bellini aportó información para respaldar su lectura de los hechos: que Morena se había suicidado después de una discusión el jueves por la noche. “Es un suicidio de manual”, aseguró a los medios su abogado, Carlos Babington, después de la extensa declaración –durante cuatro horas– del empresario de la noche ante el fiscal de Morón Matías Rapazzo.
Bellini fue detenido el sábado y trasladado a la comisaría 5ª de Villa Sarmiento (Morón) luego de denunciar que su mujer, Morena Pearson, había recibido un disparo en la cabeza. Morena, con quien Bellini tuvo una hija, fue internada en el hospital de Haedo, donde falleció en la madrugada del sábado. Los investigadores rápidamente sospecharon de él y ordenaron su detención. Pero la versión de Bellini fue diametralmente opuesta a las hipótesis.
El jueves por la noche, Pearson y Bellini abandonaron Pinar de Rocha, en Rivadavia al 14.700, y se fueron a la casa, en Brasil y Rivadavia, de Ramos Mejía, a unas 15 cuadras de la disco, donde vivían la pareja y su hija, según Babington.
Siempre según la versión del detenido, discutieron airadamente, aunque los motivos no trascendieron. Tras el entredicho, la pareja decidió separarse, lo que permite suponer que las tensiones venían desde hacía tiempo. Bellini, entonces, regresó a Pinar de Rocha supuestamente para entrevistarse con su abogado. “A los 20 minutos regresó a su casa y la encontró tirada en el vestidor de su cuarto sobre un charco de sangre, con el brazo derecho extendido y una pistola en la mano, por lo que gritó pidiendo auxilio y llamó a la policía”, aseguró Babington.
Una ambulancia trasladó a Pearson al hospital de Haedo, donde fue internada en grave estado el resto del día. Pero esa noche murió.
El preinforme de los forenses reveló que el disparo que le provocó la muerte fue efectuado de derecha a izquierda, desde atrás hacia delante, y hacia abajo, por la 9 milímetros secuestrada por la policía junto al cuerpo de la víctima. Una posición extremadamente difícil para alguien que decide pegarse un tiro. El recorrido dejó a los investigadores una amplia gama de posibilidades, pero ninguna muy cercana a las declaraciones del detenido.
El cuerpo aparecía con varios moretones. Babington los explicó como la parte profesional de la mujer, dedicada a bailar en el escenario. Bellini fue detenido el mismo viernes, acusado de “homicidio simple en concurso real con tenencia ilegal de arma de fuego”. En un principio, circuló la versión de que el arma estaría registrada a su nombre, pero ayer Babington aseguró que “el arma no era de él”, que Bellini “no estaba en la casa”, y que la stripper “traía problemas de salud y emocionales”. Bellini habría indicado que Pearson “tenía motivos para suicidarse”, porque estaba “depresiva” y “era bulímica”.
También agregó que Bellini “se sometió” a la prueba de parafina “para demostrar que él no disparó” el arma. “Vamos a ver qué dirán los resultados de la prueba de parafina en Morena y en los próximas días presentaremos una serie de testigos para demostrar que al momento del disparo Bellini estaba en el local bailable”, indicó el abogado del empresario que fundó y gerencia Pinar de Rocha desde comienzos de la década de 1970.
No fue éste el primer encuentro de Bellini con la Justicia. Durante tres años estuvo prófugo y detenido la misma cantidad de tiempo por una causa por falsificación de dólares, en 1991, aunque fue excarcelado porque sus abogados de entonces, Víctor Stinfale y Aníbal Mathis, adujeron que los billetes de cien no tenían el proceso de falsificación terminado, por lo que el delito debía calificarse como tentativa de falsificación. En 1985, Bellini pasó por otra causa por fraguación de documentos públicos; en 1987 otra por portación de armas de guerra; y Pinar de Rocha fue objeto de diversos operativos antinarcóticos durante los últimos treinta años. En una época, el boliche tenía dos jaulas con pumas y un polígono de tiro montado en plena pista. En oposición a estos antecedentes, que Babington admitió, el abogado dijo que su defendido “no es una persona violenta”.
“Este caso es un suicidio de libro, es el cuadro de una persona que quiere terminar con su vida. La prueba de parafina demostrará” que fue la stripper y no el empresario quien disparó el arma, consideró Babington. Mientras tanto, Bellini permanece detenido en la comisaría 5ª de Morón, en el oeste del conurbano bonaerense, acusado de un delito en etapa de investigación por el que podría recibir hasta 25 años de prisión.
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