SOCIEDAD
› LA ODISEA DE UNA ARGENTINA PRESA POR INDOCUMENTADA EN ALEMANIA
El viaje que terminó tras las rejas
Leila Monsegur sufrió un accidente, perdió los documentos y cayó detenida por “ilegal” el 8 de setiembre. La madre contó que por consejo médico su hija no debe viajar en avión, pero en Alemania la quieren deportar a toda costa. Quejas por la actuación del Consulado.
› Por Carlos Rodríguez
Sin poder escapar al estigma que persigue a sus compatriotas en el exterior, Leila Monsegur, argentina, 33 años, está viviendo su odisea en Alemania, donde desde hace más de un mes se encuentra privada de su libertad en la prisión para inmigrantes de Hanover. En el caso existe un agravante, porque Leila arrastra las secuelas de un accidente de tránsito que le ocasionó problemas neurológicos que exigen un estricto control médico, requisito que es imposible de cumplir en las actuales condiciones de detención. Claudia Fidanza, la mamá de Leila, viene piloteando la tormenta a distancia, desde Buenos Aires, donde hizo una presentación ante la Cancillería argentina para que, por la vía del Consulado en Hamburgo, se impida que se cumpla la orden de deportación que pesa sobre Leila, prevista para el 22 de noviembre. “La van a poner en un avión y por prescripción médica ella tiene prohibido viajar por ese medio, porque puede poner en peligro su salud”, explicó Claudia Fidanza, quien plantea la alternativa de una larga travesía en barco.
Leila Monsegur viajó a Europa a fines de marzo, con el propósito de tomar contacto con galerías de arte “y si se daba la posibilidad, mostrar sus pinturas”. Sus primeras escalas fueron Zurich, París, Amsterdam y Berlín, donde el 2 de julio sufrió un accidente cuando la bicicleta en la que iba fue atropellada por un automóvil. Ingresó desvanecida al Hospital de la Charite, donde se le dio el alta luego de su aparente recuperación. Al día siguiente volvió a ser internada, esta vez en la sala de terapia intensiva del Hospital Neukol, donde estuvo en observación durante 48 horas dado que sufría mareos y vómitos. Cuando le dieron el alta, los neurólogos le recomendaron “no viajar en avión durante tres meses”. Otro requisito ineludible era la realización de chequeos médicos periódicos hasta desechar totalmente cualquier secuela del accidente.
Con la visa vencida y el impedimento del viaje por avión, Leila siguió en Europa y se trasladó, por vía terrestre, a Florencia, Nápoles y Roma. En Italia le robaron la cartera y con ella toda su documentación, por lo que tramitó un nuevo pasaporte en el Consulado argentino en Roma. Luego de viajar a Barcelona, regresó por tren a Hamburgo, donde volvió a extraviar su documentación. El 8 de setiembre fue detenida por indocumentada y llevada a la prisión de Hamburgo, desde donde fue trasladada dos días después a su actual lugar de detención, en Hanover.
“En ese momento pidió al Consulado en Hamburgo un nuevo documento, que recién le fue entregado el 10 de octubre, sin que existiera posibilidad de revertir la situación”, afirmó la mamá de la joven en diálogo con Página/12. La mujer opinó que el Consulado argentino en Hamburgo “no hizo nada para agilizar los trámites y tampoco está actuando con la rapidez necesaria para averiguar cuál es el estado de salud de Leila”. Claudia Fidanza se preguntó: “¿Qué protección tienen los ciudadanos argentinos en el exterior por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto?”.
La respuesta, ante una consulta de este diario, la aportó el director general de Asuntos Consulares de la Cancillería, Raúl Martínez Camadro. “El Consulado de Hamburgo interviene en el caso desde el 17 de julio, a partir del supuesto accidente en Berlín, de manera que no es verdad que nos hayamos desentendido del problema”. El funcionario afirmó que Leila Monsegur “no está detenida sino demorada en un lugar de alojamiento para indocumentados, ya que lo suyo no es un acto delictivo sino un problema migratorio”. Aseguró que “más allá de la pérdida, por dos veces, de la documentación, también hay que tener en cuenta que ya había vencido su permiso de 90 días para permanecer en Europa como turista”. Con esto quiso señalar que por más que tuviera el pasaporte, igual la hubieran privado de la libertad para deportarla.
Martínez Camadro negó que la Cancillería “no haya hecho nada” y aseguró que el Consulado en Hamburgo, a cargo de María del Carmen Treviso, “hace todo lo posible para darle asistencia, pero no se puede lograr su libertadambulatoria porque hay una medida tomada por las autoridades migratorias alemanas que está fundamentada por las leyes vigentes en Europa”. El director de Asuntos Consulares recordó que la deportación “tendría que haberse producido, por avión, el viernes pasado, pero no se hizo en atención al pedido de la familia”. Sobre la salud de la joven, Martínez Camadro dijo que sólo saben “por boca de la mamá que no estaría en condiciones de venir por avión; ahora se harán estudios para determinar cuál es la situación y poder tomar los recaudos necesarios”. La nueva fecha para la deportación es el 22 de noviembre.
Al recibir la consulta de este diario, el funcionario cuestionó que Claudia Fidanza haya “preferido este juego mediático antes de venir a vernos directamente a nosotros”. La madre replicó que desde setiembre está “en comunicación permanente” con el Consulado en Hamburgo que, insistió, “no se ha movido mucho, porque ni siquiera le aportó asesoramiento jurídico, ya que existe una causa judicial abierta y ella recién desde hoy (por ayer) tiene un abogado que la representa y que fue aportado por la familia”. La mamá de Leila está a punto de viajar hacia Alemania para visitar a su hija y para acompañarla en el viaje de regreso, que, ratificó, “debe ser en barco y no por avión”.