Sáb 19.10.2002

SOCIEDAD  › LOGRO DE UNA CIENTIFICA ARGENTINA EN GRAN BRETAÑA

Una investigación a pulmón

Julia Polak desarrolló células pulmonares de manera artificial. El avance abre una nueva era para tratar daños en ese órgano.

› Por Pedro Lipcovich

Una mujer argentina, al frente de un equipo de investigadores británicos, consiguió desarrollar células de pulmón a partir de “células madre” (stem cells) indiferenciadas. El avance abre –para dentro de un lustro– la perspectiva de tratar enfermedades como la insuficiencia respiratoria de los bebés prematuros o daños pulmonares por accidentes sin necesidad de esperar la aparición de un donante para trasplante de pulmón. Las células que regenerarían el órgano respiratorio podrían incorporarse por aspiración nasal y el órgano en su conjunto, llegar a regenerarse a partir de un “andamiaje” especialmente diseñado. Julia Polak, directora del proyecto, recibió a su vez hace varios años un trasplante de pulmones y corazón, y es probablemente la única científica del mundo que tuvo la oportunidad de investigar sus propios pulmones en el laboratorio.
“Hemos conseguido diferenciar células pulmonares a partir de stem cells”, confirmó a este diario la doctora Polak. Las células obtenidas “son las de tipo 2, que, además de mantener los alvéolos pulmonares abiertos, se transforman en las de tipo 1, donde se realiza el intercambio de gases en que consiste la respiración”, precisó. Los estudios se efectúan por colaboración entre el Hospital de Westminster y el Centro de Ingeniería de Tejidos y Medicina Regenerativa del Colegio Imperial de Londres.
La investigación se efectuó primero sobre células madre obtenidas de embriones de ratón. Estas células, correspondientes a los primeros estadios de desarrollo, tienen la potencialidad de generar todos los tipos de tejidos del organismo. En el laboratorio, la orientación hacia uno u otro se guía según el “factor de crecimiento” que se incorpore al medio en el que se desarrolla la célula. Precisamente la ciencia británica está a la cabeza en esta área de trabajo, ya que los investigadores tienen la posibilidad de utilizar embriones humanos –recuperados del descarte de tratamientos de fertilización asistida– por no estar sujetos a las restricciones vigentes en otros países, como Estados Unidos.
“El próximo paso será producir estas células en mayores cantidades para poder administrarlas, primero, a animales. Luego, repetiremos el proceso sobre seres humanos”, anticipó Polak.
Estos implantes servirían para tratar el síndrome de distrés respiratorio, que afecta a los bebés que, por haber nacido prematuros, no tienen los pulmones suficientemente desarrollados. También permitirían tratar a adultos con daños pulmonares graves por quemaduras o accidentes. Las células pulmonares de reemplazo también podrían permitir, en casos de cáncer de pulmón, operaciones quirúrgicas más extensas, al ofrecer la posibilidad de regenerar el tejido extirpado.
¿Cómo se incorporarían al organismo las nuevas células? “Hay varias posibilidades –contestó la investigadora–: un método sería la inhalación nasal de las células; otro, incorporarlas mediante un pequeño tubo que se introduzca en los pulmones”.
Más a largo plazo, la apuesta es regenerar, no sólo tejido pulmonar, sino el órgano completo. “Para esto se podrían utilizar scaffolds, algo así como andamios biológicos donde las células pudiesen desarrollarse. Se emplean ya dispositivos similares para reconstituir huesos.”
Llegado este punto, el de la reconstitución del órgano completo, la doctora Polak habrá encontrado una opción superadora para el método terapéutico que a ella misma le salvó la vida: el trasplante de pulmón. En su caso se trató de un trasplante completo de ambos pulmones y corazón, a causa de una enfermedad muy poco común llamada hipertensión pulmonar. En 1995, ya tenía que andar en silla de ruedas por sus dificultades para respirar. Luego del trasplante, pudo recuperar su vida normal, sujeta, como todos los trasplantados, a tomar de por vida medicamentos para evitar el rechazo al órgano extraño. Al retomar su trabajo como investigadora, tuvo oportunidad de examinar sus propios pulmones extirpados y sintió, cuenta, lo que todo investigador ha aprendido a no sentir: “asco”.
En los últimos años y a partir de las investigaciones con stem cells, el trabajo de la doctora Polak se orientó en la línea que, si todo va bien, hará un día innecesarias las angustiosas listas de espera que conllevan los trasplantes de órganos humanos. En cuanto al efecto de rechazo a las células pulmonares procedentes de stem cells, “tal vez no haga falta usar drogas inmunosupresoras, ya que se puede preparar bancos de células madres con diferentes características y elegir el más apropiado para desarrollar el tipo de tejido que necesite el paciente”, se esperanza Polak.
Otra posibilidad a futuro es “que, para cada persona se guarden células madre obtenidas de la sangre de su propio cordón umbilical en el momento del nacimiento: de este modo, ante enfermedades que pudiera tener en algún momento de su vida podrían desarrollarse tejidos a partir de estas células”, razona la especialista.
Para las células pulmonares que hoy se desarrollan, la expectativa “es que en cuatro años el método terapéutico pueda completarse en ratones, y en seis o siete años empiecen los ensayos con seres humanos”. Y en cuanto a su salud, siete años después de haber recibido el doble trasplante, “estoy muy bien” y en plena actividad.

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