SOCIEDAD
Las diarias operaciones de “explotación de prensa”
La Justicia está investigando un aspecto poco conocido de la corrupción policial: cada mañana, la Federal manguea varios juegos de diarios en los kioscos de cada comisaría. Hasta tienen un código especial para el mangazo.
› Por Carlos Rodríguez
El asesinato de Ezequiel Demonty, el joven que murió ahogado en el Riachuelo obligado a tirarse al agua por policías de la Comisaría 34, está destinado a perdurar en la memoria. A la gravedad del hecho, la jueza María Cristina Bértola le sumó la calificación de “torturas seguidas de muerte” con la que procesó a nueve policías y la durísima condena que hizo de la “obediencia debida” en la que intentaron ampararse algunos imputados. Pero hay un aspecto poco difundido que, aunque anecdótico comparado con la muerte de Demonty, evidencia cómo las pequeñas corrupciones van abriendo el camino hacia delitos más graves. En el marco de la causa, la jueza le ordenó al jefe de la Federal, Roberto Giacomino, que le ponga fin a una tarea que se cumple cada mañana y que en la jerga policial se denomina “explotación de prensa”. Apenas despunta el alba, patrulleros de las 53 comisarías porteñas salen a “manguear” todos los diarios en los kioscos, como ocurre con la pizza, con el boleto del colectivo o con el “peaje” que cobran los controles vehiculares.
El primero que hizo referencia a la “explotación de prensa” fue el cabo Julio Bernardo Gauna, quien sólo declaró como testigo ya que, aunque estuvo de guardia en la noche del 13 al 14 de setiembre pasado, no tuvo participación en los hechos que terminaron con la muerte de Demonty. El cabo Gauna tiró dos datos importantes: que los diarios que se consiguen en forma gratuita, mostrando la chapa, son entregados religiosamente al sargento de guardia y que éste “los reparte en las oficinas de los jefes”. En el caso de la 34, los jefes eran el comisario, de apellido Pereyra, y los dos subcomisarios, García y Di Gregorio. De esto se desprende que se obtienen por lo menos tres juegos de todos los matutinos.
En el marco de la causa, el auxiliar Pietrapola hizo una recorrida por los distintos kioscos que están dentro de la jurisdicción de la 34. De su informe surge que son “visitados” en forma frecuente los puestos de diarios ubicados en Chiclana y Quilmes (propiedad de Dictina Pernas); Caseros y avenida La Plata (dueño, Cándido Pose); avenida La Plata y Rondeau (José Sabaté); avenida La Plata y Santander (Lidia Ferreira) y Boedo y Chiclana (Alejandro Viale). El sargento Eduardo Maldonado precisó que la “explotación de prensa” está casi siempre a cargo de los móviles de la comisaría 34 que llevan los números 934 y 634.
El sargento Jorge Adrián Sosa, a quien se le dictó la “falta de mérito” en la causa por el asesinato de Demonty, aseguró que fue él quien tuvo a su cargo la tarea de “cumplimentar una orden superior llamada ‘explotación de prensa’ que es recolectar un diario en cada uno”. Sosa relató con lujo de detalles el recorrido que hizo para pasar por al menos seis kioscos. Luego entregó los diarios al cabo Gauna, quien había quedado ese día, excepcionalmente, a cargo de la tarea de repartirlos entre los jefes.
El agente Santiago Ritrovato, a quien también se le dictó la falta de mérito, fue quien confirmó que la tarea de “recaudar diarios para ser enviados a la Jefatura” es “una actividad ordenada por el Comando Radioeléctrico a las 53 comisarías” de la Capital. El testimonio de Ritrovato precisó que algunos de los diarios que se entregan son “Clarín, Olé, Diario Popular y Página/12”.
Frente a la información la jueza Bértola ordenó hace un par de semanas al comisario Roberto Giacomino la apertura de un sumario interno para sancionar a los responsables. Consultados por Página/12, voceros de la Policía Federal dijeron que no tenían “nada que informar” sobre la marcha del sumario a cargo de la división Asuntos Internos. La Federal, más allá de cualquier crítica, es una fuerza que está muy bien informada y lo que es más importante en tiempos de crisis: no gasta un solo peso.