SOCIEDAD
› TEMEN POR LA VIDA DEL HIJO DE UN EMPRESARIO CORDOBES
No hay noticias de Federico
El fracaso del pago del rescate para liberar al joven Federico Ariente, el hijo de un empresario cordobés secuestrado hace diez días, generó incertidumbre entre los investigadores del caso y angustia en la familia: desde que se frustró el pago de rescate, el sábado último, en la provincia de Buenos Aires, se perdió todo contacto con los captores y nada se sabe de la víctima. La última vez que sus padres pudieron hablar con él fue el viernes último, antes de la fallida operación.
La incertidumbre es la única sensación que dejan trascender los investigadores, que mantienen un estricto cerco informativo sobre todos los datos vinculados con el secuestro de Ariente. El joven, de 23 años, desapareció el 13 de octubre último, luego de participar de una fiesta privada en la localidad serrana de San Roque, a 30 kilómetros de la capital cordobesa.
Desde ese día, los captores se comunicaron dos veces con la familia Ariente, el lunes y martes pasados. En esos dos contactos se habría negociado la suma del rescate y la forma en que se haría el pago. La comunicación se interrumpió luego de que en la tarde del sábado, la hermana de Federico fracasara en el intento de pagar el rescate de 400 mil pesos.
Según reveló una calificada fuente policial, la joven se dirigió a pagar el rescate a la provincia de Buenos Aires y siguiendo las instrucciones de los secuestradores, subió a un tren que la llevaba hacia la localidad de Moreno, unos 50 kilómetros al oeste de la Capital Federal. Probablemente por una falla en el celular que utilizaba para comunicarse con la banda, la joven no pudo concretar el pago del rescate, que consistía en arrojar el dinero desde la ventana del tren en movimiento.
El padre del joven, Raúl Agustín Ariente, se convenció de pagar el rescate después de recibir un breve mensaje telefónico de su hijo, el viernes por la noche. En una breve charla, el joven alcanzó a decirle que estaba bien. La falta de comunicación reavivó la angustia en la familia, que recibe asistencia de una psicóloga de la Brigada Antisecuestros de la policía provincial.
Se trata del segundo secuestro en que interviene la policía cordobesa en lo que va del año: el anterior fue el rapto de un adolescente, hijo de un financista, ocurrido el 24 de julio pasado. En aquel caso, el padre del menor también tuvo que viajar a Buenos Aires, subir a un tren y arrojar un paquete con 100 mil pesos. El chico fue liberado al día siguiente en las afueras de la ciudad de Córdoba.