La Unidad Administrativa de Control de Faltas de la Ciudad de Buenos Aires le impuso a la empresa Arcos Dorados SA, responsable en la Argentina de la cadena McDonald’s, una multa de 400.000 pesos al encontrarla responsable por la contaminación de hamburguesas de pollo en cuatro de sus sucursales, detectada en procedimientos realizados en agosto del año pasado. Voceros de la empresa adelantaron que McDonald’s no pagará la multa y que apelará la decisión ante la Justicia Contravencional de la Ciudad. La resolución fue adoptada por el controlador Horacio Méndez Carreras, quien notificó a la empresa el lunes último. El funcionario consideró válidas ocho de las nueve actas labradas por inspectores municipales en los locales de la cadena de fast food. Para determinar el monto de la pena, tuvo en cuenta “el prestigio de la cadena” y “la profusa propaganda que realiza en relación con sus controles de calidad y la frescura de sus alimentos, lo que genera mayor confianza por parte del consumidor”.
Arcos Dorados, por su parte, hizo saber a través de una comunicación escrita que la notificación de la medida “ratifica que la resolución del caso será en el ámbito judicial, donde la empresa podrá ejercer su derecho a defensa”. “La sanción fue aplicada por un organismo del Ejecutivo, que en este caso es juez y parte”, agregó un vocero de McDonald’s.
Lo cierto es que la empresa tuvo su derecho a la defensa en el proceso, que no fue judicial sino administrativo, como todas las faltas que se sancionan en el ámbito porteño: al igual que con una infracción de tránsito, los imputados que quieran ejercer su descargo deben comparecer ante los controladores de faltas y luego, si lo desean, ante la Justicia.
El caso se inició tras la denuncia de un particular, con una serie de procedimientos realizados el 27 de agosto de 2001 a los locales de McDonald’s de Patio Bullrich Shopping, de Avenida del Libertador al 6100, de Las Heras al 3200 y de Corrientes al 5200. Inspectores de la Dirección de Higiene y Seguridad Alimentaria tomaron muestras de hamburguesas de pollo, y tras detectar la presencia en algunas de ellas de la bacteria escherichia coli –que puede provocar, además de trastornos digestivos, el síndrome urémico hemolítico– clausuraron los locales.
La empresa, a través de un comunicado, subrayó que “las defensas y pruebas de expertos mundiales en la materia propuestas por McDonald’s determinan que no hubo contaminación en sus locales y que los ensayos realizados no cumplirían con las normas de seguridad y calidad internacionales para determinar la exactitud del resultado”.
De acuerdo con el fallo, al que tuvo acceso Página/12, el abogado Méndez Carreras –recordado por haber actuado en la causa contra el represor Alfredo Astiz, por la desaparición de dos monjas francesas– rechazó los argumentos defensivos esgrimidos por los abogados de Arcos Dorados. En la resolución, el controlador se muestra sorprendido por una de las razones aportadas por la empresa: que los medallones de pollo y carne vacuna, cuando están crudos, no pueden considerarse alimentos, y que la bacteria escherichia coli puede aparecer en la carne cruda, ya que la cocción a temperatura superior a los 68 grados las elimina. Méndez Carreras refutó el argumento al considerar que, con ese criterio, tampoco habría que sancionar al carnicero que vende carne contaminada.
Al justificar el elevado monto de la multa, el funcionario tomó en cuenta que la bacteria “fue detectada en cuatro locales, en ubicaciones geográficas diferentes, (lo que) habla a las claras de la propagación del riesgo” y que el bien tutelado es “nada menos que la salud y la vida humana”. La empresa tiene cinco días para apelar ante la Justicia Contravencional de la Ciudad.