Desde Mar del Plata

Personal de la Municipalidad de General Pueyrredón, con refuerzo policial, desalojó en la madrugada de ayer a unos 250 ocupantes de 38 carpas que estaban instaladas en distintas playas marplatenses, desde la avenida Constitución y el mar, hasta Playa Grande. El miércoles por la noche, en la Playa Popular, pegada a la Bristol y a Punta Iglesias, a pocos metros del Casino Central, diez carpas habían sido instaladas sobre la arena. Una recorrida realizada por Página/12, pudo determinar que la mayoría de sus ocupantes eran jóvenes de entre 17 y 25 años, llegados de distintos lugares del país, que según sus propias palabras no tenían el dinero necesario como para pagar el alquiler de un departamento o un hotel. También había algunas familias, muchas de las cuales viajan a la costa en el verano para realizar trabajos temporales como vendedores ambulantes, camareros o personal del servicio doméstico. Las carpas se encontraban a la orilla del mar “ocupando el espacio público” y fueron secuestradas porque en esos sitios “no se puede acampar”, según se dijo en un informe oficial del municipio.

La policía “demoró” a unas 250 personas que se encontraban durmiendo en las carpas y según la información oficial, 18 de ellas quedaron detenidas porque tenían “antecedentes delictivos en distintas provincias”. Los operativos fueron ordenados por la Dirección de Inspección General de la comuna, a cargo de José María Lopetegui, y contaron con la participación de la Dirección de Recursos Turísticos y agentes de la Jefatura Departamental de la policía marplatense. Los inspectores municipales se tomaron la tarea de despertar a los infractores y comunicarles que se habían quedado sin refugio para dormir a la orilla del mar. La situación fue doblemente incómoda para los expulsados, porque la de ayer fue una noche espléndida para dormir en la semiintemperie de una carpa agitada por la brisa marina.

“Minga de romanticismo la de los milicos”, se quejaba ayer por la tarde, en un locutorio de Belgrano y Buenos Aires, un joven de 18 años que había llegado con unos amigos y que vivían en la carpa “porque es la única manera de salir de vacaciones”. Estaba comunicándose con los familiares para ver si le podían enviar un giro “para poder quedarnos un par de días más”. El inspector Gustavo Salva, jefe de la Departamental del distrito, confirmó que hubo 18 detenidos procedentes de Santiago del Estero, Corrientes, Córdoba y Entre Ríos.

Lopetegui, en diálogo con este diario, justificó los operativos diciendo que el municipio quiere “mejorar y mantener limpio el espacio público en la playa, para dejarlo como corresponde, que es lo que reclaman los vecinos”. Por esa razón “todos los días secuestramos las carpas que se instalan en forma indebida y lo seguiremos haciendo en forma cotidiana”. Lopetegui corroboró que las playas y plazas –donde también se levantaron carpas durante este verano– “son espacios para disfrutar, no para acampar, para eso están los campings. Ya sucedió el año pasado, pero este año son muchos más los que acampan. Estamos sorprendidos por esta modalidad de vacacionar”. Según los datos que maneja el funcionario, este año hubo que retirar “unas 15 carpas por día y en ellas se comprobaron condiciones de vida muy precarias”.

Según Lopetegui, los “operativos preventivos” se hacen también porque “sabemos que, además de ocupar espacio público, hay personas muchas veces ligadas a actividades ilegales”. Salva, por su parte, anticipó que la presencia policial “será cada vez más intensa para tratar de limitar todos los excesos que se puedan generar”. Juan José Arteaga, titular de Transporte y Tránsito, dijo que también son obligados a retirarse los propietarios de micros y las casas rodantes que “permanecen estacionados en forma prolongada en lugares cercanos a la costa”.

Desde hace varios años, la zona de la rambla y la playa es el refugio habitual de las personas que llegan a Mar del Plata sin tener un lugar fijo donde alojarse. Este año, en forma sistemática, el municipio realiza operativos para expulsar a los que acampan con sus carpas en las playas o plazas. La misma postura tienen los políticos de la oposición, como el concejal radical Fernando Rizzi, quien reclamó ayer “el enérgico accionar de las autoridades” contra los que ocupan las playas porque esas actitudes significan, en su opinión, “un atropello y una degradación, sobre todo para las criaturas a las que se les impone vivir de ese modo en condiciones infrahumanas, sin higiene y sin las elementales comodidades”. El chico del locutorio comentó que “la mayoría de la gente vive todo el año en condiciones precarias. No es una novedad”.