SOCIEDAD › OPINION
› Por Jorge Carpio * y
Facundo Villar **
La reciente creación de la Comisión Nacional de Investigación para el estudio del impacto de los agrotóxicos, especialmente del glifosato, sobre la salud de la población es una buena oportunidad para repasar algunos temas que permiten evaluar la importancia de la medida.
El glifosato es el principio activo del herbicida de amplio espectro Roundup (nombre comercial de la transnacional Monsanto). Según Monsanto, el Roundup no constituye un riesgo para la salud humana. Sin embargo, la Agencia de Protección Ambiental (EPA) reclasificó al glifosato dentro de la categoría “altamente tóxicos”, mientras que la Organización Mundial de la Salud lo tiene clasificado como extremadamente tóxico. A su vez, la Northwest Coalition for Alternatives to Pesticides (NCAP), ha realizado una revisión de la toxicología del glifosato, identificando efectos adversos en humanos que van desde irritaciones dérmicas y oculares, náuseas, mareos, reacciones alérgicas, hasta daño o falla renal.
En Argentina el consumo de glifosato ha venido creciendo exponencialmente desde hace más de 18 años. Su utilización está relacionada intrínsicamente con la soja RR, y otros cultivos transgénicos resistentes al glifosato. El herbicida arrasa con todo, menos con las semillas transgénicas, las cuales son producidas (como en el caso de la soja RR) monopólicamente por Monsanto, conformando así el denominado “paquete tecnológico” herbicida-semillas transgénicas.
El impacto de las fumigaciones con esta sustancia es alarmante, y desde hace 15 años, con el inicio de la política sojera, ha traído consigo altos índices de enfermedades y muertes en las áreas rurales de nuestro país.
Un informe preliminar, realizado por el Foro Ciudadano de Participación por la Justicia y los Derechos Humanos (FOCO) en noviembre pasado, relevó las localidades del país afectadas por muertes y enfermedades relacionadas con el uso de dicha sustancia. El patrón espacial de las localidades afectadas (más de 40) con elevados índices de patologías atribuibles al glifosato es coincidente con las áreas de los principales cultivos transgénicos en el país (soja, maíz y trigo) y la consiguiente utilización de glifosato.
Pero no sólo en las zonas rurales se utiliza este producto. En FOCO recibimos denuncias recientes por parte de vecinos de Olivos y Vicente López sobre la utilización de este producto por la empresa TBA para desmalezar las vías y sus márgenes. Según las denuncias, la sustancia se esparce también hacia los hogares que se encuentran aledaños al trazado del tren, poniendo en riesgo a sus habitantes y a quienes circulan por allí.
Los indicadores existentes muestran la importancia de la problemática del uso del glifosato, y los daños sobre la salud y el ambiente, tanto en áreas rurales, como urbanas y periurbanas, y la necesidad de considerarlo un tema de agenda pública, donde la toma de conciencia de la sociedad (rural y urbana) lleve a la reclasificación del glifosato como lo que realmente es: un alto riesgo para la salud pública y el ambiente.
Estos antecedentes señalan la importancia de la creación de la comisión, que motiva estos comentarios, y la expectativa con que esperan sus resultados la ciudadanía y las organizaciones sociales preocupadas por estos temas.
- Director de FOCO.
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