SOCIEDAD › LA RETIRADA DEL RíO DEJó EN LAS VIVIENDAS LAS MARCAS DE LA INUNDACIóN
Algunos vecinos pudieron volver a sus casas. Los espera la tarea de limpieza del barro acumulado y las pertenencias perdidas. En Santa Fe, el Paraná sigue creciendo y el gobierno provincial declaró la emergencia hídrica.
El agua bajó en San Antonio de Areco pero, mientras las casas del centro conservan la humedad y las huellas de la inundación, en los barrios periféricos persisten el barro y el agua en las viviendas y la gente trata de recuperar lo poco que se salvó de sus hogares. En cambio, la situación se complica en Santa Fe, donde el gobierno provincial declaró la emergencia hídrica a raíz del aumento en el caudal del río Paraná, producido por las lluvias de los últimos días. La medida apunta a “posibilitar una rápida intervención en los municipios y comunas que lo necesiten”.
En las veredas de la ciudad anegada el fin de semana pasado por el desborde del río Areco, se acumulan muebles, ropa, libros y otras pertenencias empapadas, algunas con la intención de secarse y poder ser recuperadas, otras con destino final de relleno sanitario. Los vecinos limpiaban sus viviendas cubiertas de barro y objetos inservibles y llevaban con carretilla palas, chapas y herramientas para hacer reparaciones.
El desastre se huele en el ambiente: la temperatura contribuyó a la descomposición de alimentos y al deterioro irreversible de ropa, libros y colchones. Mientras, personal de Gendarmería repartía bidones de agua mineral, baldes de plástico y cloro que la gente mezclaba con el agua recogida de los charcos para limpiar pisos, paredes y mesadas.
Si bien los pronósticos meteorológicos no alertaron sobre nuevas lluvias para el norte bonaerense, centenares de pobladores de San Antonio de Areco y Arrecifes recibirán el 2010 con sus casas anegadas por el agua, que ingresó masivamente en la ciudad tras las fuertes lluvias del jueves último.
La secretaria de Obras Públicas de la comuna, Silvia Terza, explicó que el río que atraviesa esa ciudad “sigue bajando aceleradamente”, lo que facilita el escurrimiento de aguas en la ciudad y permitió liberar la zona del hospital y que unas cuarenta familias pudieran regresar a sus hogares. Terza confirmó que, sin embargo, tres barrios ubicados a la vera del río continúan anegados. “Las pérdidas han sido cuantiosas”, remarcó la funcionaria.
Terza destacó que “la ayuda de los gobiernos nacional y provincial continúa” y recordó que un batallón de ingenieros del Ejército opera plantas potabilizadoras de agua para asistir a la población damnificada y colocar dos puentes Bailey en caminos rurales para reemplazar a los que fueron devastados por la inundación.
Mientras el gobierno nacional puso en marcha una denuncia en la Justicia federal para identificar a los responsables de apertura de canales clandestinos que pudieron haber provocado la inundación, en tanto, Terza reveló que hay en estudio varios proyectos de obras públicas para evitar anegamientos. Entre ellos citó “un desagüe pluvial de la Cuenca Este y la limpieza de río desde las rutas 8 y 9”.
Algunos vecinos afirmaron que hubo un relevamiento municipal sobre sus pérdidas y necesidades, pero otros se quejaban de que ninguna autoridad se había acercado a sus casas.
La policía patrullaba las calles transitables para evitar actos de rapiña y Gendarmería lo hacía con gomones en donde el agua aún convertía en ríos las calzadas. En los alambrados y árboles quedaron abrazados, hasta unos 2 metros de altura, telas, papeles y plásticos que el agua dejó al descender, describió la agencia Télam.
Mientras un hombre le explicaba a su vecino cómo poner en marcha nuevamente su coche inundado, otro intentaba reinstalar la bomba de agua, que había quitado luego de enterarse de que a alguien del barrio se la habían robado cuando dejó la casa inundada.
En el gimnasio Saigós, en la calle Azcuénaga, permanecían ayer unos sesenta evacuados que no tenían amigos o familiares que los pudieran albergar y eran asistidos por personal municipal y voluntarios.
En tanto, en Santa Fe el Servicio de Hidrometría de Vías Navegables informó que sigue en aumento el caudal del río Paraná en todo su curso, por lo que el gobierno implementó evacuaciones preventivas en localidades ribereñas. Según Hidrometría, el nivel del agua frente al puerto de Rosario llegó a 4,94 metros, con lo quedó a seis centímetros de que se disponga el estado de alerta y a 36 centímetros del estado de evacuación. Además, el organismo indicó que la crecida para los próximos días está prevista de manera lenta y sostenida, mientras para enero se prevé implementar en la zona del Gran Rosario el plan de alerta.
En Puerto Iguazú (Misiones), el nivel del río seguía ayer estacionado en 23,70 metros, pero en su curso inferior presentaba una tendencia creciente.
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