SOCIEDAD › REGRESO OTRO ARGENTINO DEPORTADO DE MIAMI
Volver con las manos vacías
Poco antes del primer aniversario del atentado a las torres gemelas, el 4 de setiembre, el gobierno norteamericano detuvo a un grupo de extranjeros con documentos falsos en el aeropuerto de West Palm Beach. Entre ellos estaba Marcelo Saldaño, un cordobés de 27 años que llegó de regreso al país el martes en condición de deportado y después de meses de prisión. “Fueron los peores momentos –contó–, soñaba despierto y dormido con el regreso”. En Córdoba se reunirá ahora con su mujer, Natalia Muesa, una joven que fue deportada por el Estado norteamericano hace unos días y en idénticas condiciones.
Apenas bajó del avión y frente a los medios de prensa que lo esperaban en Ezeiza, Saldaño se quejó de la política migratoria instrumentada por el gobierno norteamericano. En particular, sobre la “discriminación contra los hispanos”, dijo. Esa situación se potenció durante el período que estuvo preso aunque, aclaró, las agresiones no eran tanto físicas sino verbales. Ese tipo de situaciones fueron las que vivió también fuera de la cárcel, durante el período que estuvo en libertad y aún circulaba con sus documentos falsos: “Después del 11 de setiembre de 2001 –dijo ayer–, las empresas que trabajaban en el aeropuerto, que eran todas privadas, pasaron a ser del Gobierno y las empresas federales no trabajan con indocumentados”.
Ese fue el contexto en que lo descubrieron un día en el que estaba trabajando en el aeropuerto y en medio de uno de los operativos de seguridad. Saldaño tenía una green card para trabajar falsa y una visa de turista vencida. Ese día, él quedó preso, pero no se llevaron a su mujer. Natalia también trabajaba en el aeropuerto y también tenía los mismos problemas de documentación, pero ese 4 de setiembre había ido al aeropuerto. Estuvo escondida durante unas semanas hasta que se entregó, así la detuvieron y luego la deportaron. “Uno se va de acá –decía ayer Saldaño– con ese sueño de ayudar a los padres y a la familia y se encuentra con esto de pasar tanto tiempo en una prisión. Es la segunda vez que me voy y es la segunda vez que vuelvo con las manos vacías”.