SOCIEDAD
Se bajó del auto y los mató con varios tiros
Dos motociclistas le robaron el reloj al ocupante de un automóvil y huyeron. El hombre se bajó, disparó cinco tiros y mató a los dos.
La vida por un Rolex. En una triste rememoración del caso Santos, un empresario mató a balazos a dos hombres que le habían robado el reloj en plena avenida Del Libertador y Mendoza, en Belgrano, cuando éste detuvo su auto frente a un semáforo. Luego de ocurrido el hecho, el empresario, cuya identidad no fue suministrada, permaneció en el lugar a la espera de la policía, que lo trasladó a una comisaría de la zona. Al igual que Santos, el detenido contaba con un permiso para portar el arma.
El episodio tuvo lugar ayer por la mañana, alrededor de las 11.30, cuando el hombre se dirigía a bordo de su Peugeot 505 hacia la localidad de Olivos. En determinado momento, fue interceptado por los dos asaltantes, que iban en una moto por la misma avenida pero en sentido contrario. Según la versión que manejaba la policía, uno de los ladrones se bajó de la moto y, mientras lo amenazaba con una navaja, le arrebató su reloj marca Rolex, a través de la ventanilla. Con el botín en mano, el ladrón se subió a la moto e intentó escapar junto a su cómplice. Sin embargo, la víctima tomó una pistola nueve milímetros de su propiedad, descendió del auto y les disparó al menos 5 veces. Uno de los asaltantes recibió un tiro en el tórax y el otro un disparo en la cabeza, lo que les causó la muerte en forma instantánea.
Los cuerpos sin vida quedaron sobre el pavimento, frente a un local de comidas rápidas, por lo que la policía cercó la zona y mantuvo cortado el tránsito durante varios minutos. El empresario fue derivado a la comisaría 51ª, a la espera de ser indagado por el fiscal a cargo de la causa, Lucio Herrera. En el hecho interviene también el juez de Instrucción penal Jorge Rimondi.
Este nuevo caso de justicia por mano propia recuerda al caso del ingeniero Horacio Santos, quien el 16 de junio de 1990 persiguió con su auto a dos ladrones que le habían robado el estéreo y los mató. Ese hecho, además de inaugurar un controvertido debate en la sociedad, sentó jurisprudencia, ya que la Justicia consideró que el ingeniero había actuado “bajo conmoción violenta”. Más específicamente, en 1995 la sala I de la Cámara del Crimen redujo a tres años de prisión en suspenso la condena contra Santos y se opuso así a la sentencia de 12 años de cárcel por doble homicidio simple que le había dictado una jueza porteña. Con ese fallo, los camaristas entendieron que Santos había actuado “en exceso de legítima defensa” y que debía permanecer en libertad.
El último episodio de este tipo ocurrió hace menos de un año en Florencio Varela. En esa oportunidad, un comerciante falleció tras mantener un tiroteo con asaltantes que entraron en su casa y que también murieron baleados.