Mié 23.06.2010

SOCIEDAD  › MARCHA CONTRA LA REPRESIóN Y EN RECLAMO DE JUSTICIA EN BARILOCHE

“Queremos policías que nos cuiden, no que nos maten”

Familiares y vecinos de los barrios del llamado Alto barilochense marcharon por la ciudad con el pedido de que haya “paz social”. Y exigieron justicia por las tres muertes de la semana pasada. Presentaron sus reclamos en la Municipalidad.

› Por Carlos Rodríguez

Desde San Carlos de Bariloche

Aunque esta vez no se registraron hechos de violencia, de todos modos, con la nueva marcha realizada ayer por los familiares de los tres jóvenes asesinados la semana pasada en esta ciudad quedó demostrado que la sociedad local ha dividido aguas y que las posiciones están cada vez más lejanas entre sí. Bajo una intensa lluvia, unas seiscientas personas caminaron el largo trecho que va desde el antiguo emplazamiento de la comisaría 28ª, en el barrio Boris Furman, en la zona del Alto, donde vive la familia del chico Diego Bonnefoi, el primero que cayó alcanzado por una bala policial, hasta la sede de la Municipalidad, en el Centro Cívico de Bariloche. En ese mismo lugar, el domingo y el lunes por la noche, vecinos y comerciantes de esta ciudad se congregaron para apoyar a la policía bajo la consigna “polis sí, chorros no”, poniendo bajo sospecha a las tres víctimas fatales e incluso expresando un virtual apoyo al “gatillo fácil” que les quitó la vida.

“Terrible chorro era ese pibe.” Patricio, de 25 años, es remisero y mientras lleva a Página/12 hasta la esquina de Onelli y Moreno, donde los padres de Bonnefoi habían convocado a la concentración para caminar hasta el centro de la ciudad, expone la versión de los hechos que es respaldada por la policía local y compartida por muchos pobladores de la parte linda y turística de Bariloche. En una galería de la calle Mitre, poco antes de que llegara la marcha, tres comerciantes discutían sobre el caso.

“Junto con el policía preso (por el cabo Sergio Colombil, detenido y acusado por el homicidio de Bonnefoi), en la celda de al lado, tendría que estar el padre del pibe”, afirmó uno de los comerciantes. Otro fue todavía más lejos: “El policía tendría que estar libre, porque hizo lo que tenía que hacer”. El tercero intervino para buscar una tercera posición, siempre a favor de la policía: “El único error que cometió fue el de no tener el seguro puesto en el arma. Se equivocó. Eso fue lo que pasó, se equivocó. Fue un error”. Errores y excesos, argumentaba la dictadura para tratar de justificar las violaciones a los derechos humanos.

Desde los comercios, sin cerrar sus puertas, sus dueños y empleados observaron pasar a los manifestantes de la marcha “antipolicía” que se hizo ayer y que después del mediodía recorrió la calle Mitre hasta la sede del municipio. “Lo sabía, lo sabía, a los pibes, los mató la policía”, fue la consigna más escuchada en boca de familiares, amigos y miembros de organizaciones sociales que participaron de la manifestación. Los carteles eran también elocuentes: “Justicia para todos los asesinados por la Policía de Río Negro” o “Basta de gatillo fácil, respeto a la vida”.

Frente al municipio, el que tomó la palabra, megáfono en mano, fue Sandro Bonnefoi, el padre de Diego, con su ojo izquierdo emparchado porque recibió una bala de goma. Además de pedir justicia “para los tres chicos asesinados”, también se refirió a las condiciones de vida de los que tienen sus casas en la zona del Alto. “Nos cagamos de hambre toda la vida. Nunca podemos tener un trabajo fijo. Los ricos disfrutan de la temporada de invierno y de lo lindo que es Bariloche. Cada temporada que pasa, se hacen más ricos. Nosotros no podemos disfrutar de nuestra ciudad y también somos barilochenses. Nosotros nunca discriminamos a nadie, pero ellos hasta se dan el lujo de discriminarnos.”

Bonnefoi padre pidió que las autoridades den “los nombres de los policías que asesinaron a los otros dos pibes”, por Nicolás Carrasco, de 16 años, y Sergio Cárdenas, de 29, heridos de bala durante la represión de las manifestaciones que siguieron al asesinato de Diego Bonnefoi y que fueron protagonizadas por agentes del BORA, la fuerza de choque antimotines de la Policía de Río Negro. “Nosotros queremos paz y justicia social, educación, salud y policías que nos cuiden, no policías que nos maten.” Bonnefoi, acompañado por un grupo importante de manifestantes, ingresó a la Municipalidad para entregarle un petitorio al intendente, Marcelo Cascón, y fue recibido por el secretario de Gobierno del municipio, Jorge Franchini, quien prácticamente no abrió la boca y dio muestras de estar algo nervioso al verse rodeado por un grupo de personas que le hizo una serie de demandas, de viva voz, sin insultos ni agravios de ningún tipo.

El padre de Diego Bonnefoi volvió a hablar cuando estuvieron reunidos con Franchini, todos de pie, ante los periodistas, en una oficina municipal llena de gente como casi nunca en su historia. “Queremos saber los nombres de los policías que mataron a las otras dos personas y queremos que la vieja sede de la comisaría 28ª (ya fue desmantelada) sea convertida en un centro cultural, en un comedor para ancianos y para niños.” Bonnefoi recordó que él sabe lo que es “no haber estudiado nunca, no haber podido ir ni un día a la escuela primaria. Aprendí a leer y a escribir por mis propios medios. Cuando quise enviar a mi hijo Dieguito a estudiar, me lo echaron de dos colegios. A nosotros nadie nos quiere ayudar, nadie se ocupa de nosotros”.

Mientras se realizaba la charla, con Franchini siempre muy tenso, se escuchaban de fondo expresiones duras contra la policía rionegrina: “Son unos fascistas, lo único que hacen es ir al barrio a golpearnos”. Una de las que se quejaba era Blanca Grande, una mujer que perdió su ojo derecho durante una represión policial en el Alto, cuando una bala de goma policial le impactó sobre el globo ocular. Ella asegura que sabe el nombre del policía que le disparó y que lo denunció varias veces “sin ningún resultado. El sigue en funciones, como si nada”.

También se leyó un comunicado de la Multisectorial contra la Represión, integrada por más de 70 organizaciones sociales y partidos políticos. La Multisectorial sostuvo que lo que ocurre hoy es consecuencia de “una larga historia de postergación e incumplimiento de los derechos humanos, en una ciudad marcada por una fuerte polarización en donde grandes sectores sociales no acceden a la educación, a la salud y al trabajo genuino”, problema al que se le suma “la falta de espacios deportivos, recreativos y culturales para niños y jóvenes”. La declaración sostiene que, ante esta situación, los distintos gobiernos “en lugar de impulsar políticas de contención, de promoción social y laboral, recurren sistemáticamente a la represión avalando así la actuación impune y fuera de la ley de las fuerzas de seguridad”.

La Multisectorial denunció, además, que en los últimos días, después de los incidentes que comenzaron el jueves pasado, “se ha registrado la presencia de policías de civil en vehículos particulares y cortes de luz sorpresivos” en los barrios del Alto, lo cual ha creado “un clima de temor” entre los vecinos. Por estas razones, las organizaciones presentaron una denuncia ante el juez Martín Lozada, que investiga el asesinato de Diego Bonnefoi. Por otra parte, el abogado Rubén Marigo, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), dijo que se presentaron cuatro denuncias por apremios ilegales contra personas que estuvieron detenidas después de las marchas y la represión policial.

Ayer Página/12 supo que el cabo Sergio Colombil fue llevado a prestar declaración indagatoria el domingo. Lo indagaron bajo el cargo de “homicidio” y se abstuvo de declarar, amparándose en su derecho legal. Se había dicho que lo iban a interrogar ayer, pero sólo fue una información de distracción, a fin de evitar posibles problemas frente al juzgado cuando llevaran al policía acusado por el crimen de Bonnefoi.

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