Habían pasado casi dos horas desde el comienzo del Censo 2010, cuando cientos, miles, de censistas llamaron a sus jefes de radio para sacarse la duda: ¿sigue el operativo? La muerte del ex presidente Néstor Kirchner ya estaba en boca de casi todos los argentinos. “Hubo un momento de interrupción cuando se conoció la noticia del fallecimiento”, reconoció al mediodía Ana Edwin, directora del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), y agregó: “Pero tras esto estamos tratando de reponernos y continuamos. Vamos a hacer el mejor censo de todos, para darle fuerza a la Presidenta y en homenaje al ex presidente”.

Los primeros resultados del Censo, que por primera vez releva información sobre pueblos originarios, afrodescendientes, familias homoparentales y uso de computadoras, se conocerán a mediados de diciembre.

El Censo terminó a las 20, y aunque normalmente algunos censistas continúan trabajando dos o tres horas más para completar su recorrido, por esta vez se interrumpieron esas tareas extra. Así lo confirmó Edwin por la noche: “Queremos que todas la personas que quieran asistir a la plaza de su pueblo o ciudad para despedir al ex presidente puedan hacerlo”. La funcionaria también informó que hubo un tres por ciento de la población que no fue censada, pero podrá serlo llamando al 0800-999-CENSO hasta el domingo, en el horario de 6 a 24.

La mayoría de los censistas pudo ingresar a las viviendas que relevaban. En muchos edificios se instaló una mesa en el palier donde cada jefe de hogar contestaba el cuestionario. Otros tuvieron que resignarse a hacer las preguntas de pie, en la calle.

Las pocas personas que rechazaron al censista –menos del uno por ciento– recibirán la visita de un “censista recuperador”, desde hoy y hasta el domingo y, de negarse, deberán afrontar sanciones. “El Censo no es sólo un derecho, también es una obligación”, aclaró Edwin. La titular del Indec también contó que hubo edificios enteros en la Ciudad de Buenos Aires que fueron omitidos por los censistas y serán revisitados. El domingo se dará por cerrado todo el operativo. Al final de esta conferencia, varios dirigentes de UPCN corearon: “Se siente, se siente, Kirchner está presente”. Edwin cantó, alzó el brazo izquierdo y aplaudió como una militante más.

El estupor, la emoción y el dolor por la muerte de Kirchner invadieron, según los casos, el operativo. En la ciudad de Viedma, una censista tocó el timbre en una casa sin saber lo que había ocurrido: “Salió una señora bañada en lágrimas que me abrazó y me dijo ‘se murió Kirchner’, y nos quedamos las dos llorando”, contó Ana María, la censista. “Mi marido estaba de viaje, y la primera persona con la que pude compartir mi dolor fue la censista”, agregó Teresa, la vecina.

Los censistas –algunos con cintas negras en señal de luto– se movieron a pie o en auto por las ciudades, en kayaks o lanchas por localidades ribereñas bonaerenses y ribereñas, como Berisso, y en lugares de difícil acceso, como el monte santiagueño, a lomo de mula, en sulkies o bicicletas. Allí, por primera vez fueron censadas comunidades originarias. “Hay que venir monte adentro para comprobar la verdadera solidaridad y hospitalidad de los campesinos”, aseguró una censista de 34 años, recibida con mate y chipaco (pan amasado) por los indígenas.

Pese a las campañas en la red social Facebook, donde casi 10 mil personas invitaron a no abrirles la puerta a los censistas, la tasa de rechazo al censo fue “ínfima”, según informaron desde el Indec. Sin embargo, la reticencia existió. Ayer se supo que 277 censistas y 15 jefes de radio trabajaron en el barrio porteño de Puerto Madero durante un mes para que los censistas fueran recibidos. “El trabajo previo consistió en comunicarse con los administradores de edificios vía mail para avisar que iban a ir los censistas”, informó Gabriela Russo, titular de esa fracción. Las empresas administradoras “pidieron nombres, DNI, teléfono y dirección de cada uno de los censistas”, admitió una jefa de radio, quien contó que tras varias reuniones de consorcio se decidió que los vecinos de Puerto Madero recibían a los censistas en el palier de su edificio. “Al final la gente está respondiendo y lo hace en forma muy amable”, afirmó ayer por la tarde otra jefa de radio, Nora Mazal.

En varias localidades de Córdoba, provincia en la que trabajaron 57 mil censistas, el Censo se vivió con una expectativa particular porque del resultado de la cantidad de población varias localidades podrían adquirir el rango de “ciudad”, si superan los 10 mil habitantes. En San Luis, La Punta, la primera ciudad argentina fundada en este siglo, debutó en el Censo; al igual que Pueblo Nación Ranquel, fundado el año pasado, a 170 kilómetros de San Luis capital, donde viven integrantes de comunidades originarias.

Por la tarde, las autoridades del Indec aseguraron que el operativo no había sufrido inconvenientes, más allá de los censistas que dieron parte de enfermos y para los cuales se consiguió reemplazo. Sólo en los alrededores de la ciudad de Neuquén, en zonas de Chubut y en localidades de La Pampa, la intensas lluvias registradas por la mañana demoraron el trabajo de los censistas. Los veedores internacionales que arribaron el domingo desde Uruguay, Paraguay, Perú, Venezuela, Puerto Rico y España recorrieron las localidades de Merlo y Lanús, en la provincia de Buenos Aires (ver aparte).

Contra las premoniciones de ciertos sectores, nadie se disfrazó de censista para desvalijar casas. Al contrario, fueron los propios censistas los asaltados. Tres jóvenes en un barrio del conurbano de Mendoza entregaron su dinero tras ser amenazados a punta de pistola. Dos censistas sufrieron hurtos en los partidos bonaerenses de Lanús y Almirante Brown. En la Ciudad de Buenos Aires, una maestra fue abordada por dos hombres que le robaron la cartera en Chacarita, no bien empezó el Censo, a las 8.10. Sin embargo prevaleció la responsabilidad cívica: le dejaron el bolso donde llevaba los formularios para hacer el Censo.