Martes, 2 de noviembre de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › UN ADOLESCENTE MATó A TRES JóVENES DURANTE UNA DISCUSIóN EN COMODORO RIVADAVIA
Tres jóvenes apedrearon una casa donde se escondía un presunto ladrón e insultaron a la dueña. El hijo de la mujer salió en su defensa y les disparó a quemarropa. Después de estar un día y medio prófugo, ayer se entregó.
Tras permanecer prófugo un día y medio, el joven Luis Darío Cheuquemán se entregó ayer por la tarde en una fiscalía de Comodoro Rivadavia, acompañado por su abogado. Es el principal sospechoso de asesinar a balazos en la madrugada del domingo a los hermanos Víctor y Pablo
Pichelef, de 29 y 27 años, y al primo de ambos, Gustavo, de 20. Según fuentes policiales, estas tres personas insultaron a la madre de Cheuquemán porque había refugiado a un amigo de su hijo, Fernando Barrientos, también detenido, quien habría intentado asaltar la casa de un vecino de los Pichelef: el concejal kirchnerista Juan Maldonado. El crimen conmocionó de tal manera a los habitantes de la ciudad petrolera que vecinos y amigos de la familia Pichelef decidieron quemar el auto del padre de Barrientos a metros de la comisaría que intervino en el caso.
El triple crimen ocurrió sobre la calle Marinero López al 3100, en el barrio 1311 Viviendas, un lugar carenciado en el sudoeste de Comodoro Rivadavia. Hasta allí llegaron los Pichelef a las 3 de la madrugada, luego de perseguir en auto a Barrientos, de 20 años y con antecedentes policiales. Las tres víctimas comenzaron a tirar piedras a la casa de la madre de Cheuquemán y cuando la mujer salió a la puerta para que se fueran, según fuentes policiales, los tres comenzaron a insultarla porque no los dejaba entrar a buscar a Barrientos. Además de ellos, no había un alma en la calle.
“Después llegó Cheuquemán, que no estaba en la casa. Sacó el arma de la cintura en el medio de la discusión y disparó”, relató ayer el comisario Hugo Luna, jefe de la seccional quinta, que queda a solo cuatro cuadras del lugar. El agresor, de 18 años, le acertó un tiro en la espalda a Pablo Pichelef y otro en al tórax a Víctor. El primo de ellos recibió dos disparos, uno en el cuello y otro en el antebrazo derecho. Según la policía, los tres murieron a los pocos minutos.
Aunque varios integrantes de la numerosa familia Pichelef pelearon con los uniformados para llevar los cuerpos a la guardia del Hospital Regional, los tres jóvenes fueron derivados directamente a la morgue judicial. Hizo falta la asistencia de personal de otra comisaría de la ciudad chubutense para contener a los vecinos y a la familia esa misma madrugada.
“No era la primera vez que se hacían los justicieros, se hicieron famosos por sus peleas”, dijo sobre las víctimas, a Página/12, un agente de la comisaría quinta. “Además, los Pichelef conocían a Cheuquemán y también a Barrientos, eran todos del mismo barrio. Y aunque ahora quieran disfrazarlos de buenos chicos –agregó–, la verdad es que los muertos tenían olor a alcohol.”
En medio de la confusión por la llegada de vecinos y familiares, Cheuquemán y Barrientos lograron escapar. El primero se mantuvo prófugo durante un día y medio. Al lugar llegó la fiscal María Laura Blanco y la jefa de fiscales de la ciudad, Liliana Ferrari. Pocas horas después, el juez de Garantías, Hugo Juárez, libró las órdenes de allanamiento que sirvieron para localizar a Barrientos y detenerlo. A Cheuquemán lo buscó el personal de la Brigada de Investigaciones, cuyos voceros habían adelantado ayer temprano que el joven seguramente se iba a entregar, como ocurrió por la tarde, cuando apareció con su abogado en la fiscalía.
Por la noche del domingo, los familiares y amigos de las víctimas se concentraron frente a la comisaría quinta para reclamar justicia y también los cuerpos de las víctimas, que fueron entregados ayer a las 14.30. Primero quemaron gomas y después incendiaron el auto del padre de Barrientos, un Falcon anaranjado, viejo, que estaba enfrente de la comisaría porque había sido retenido por la Justicia. Sin embargo, los cuerpos no estaban allí, sino en la morgue, explicaron fuentes policiales.
“El trabajo preventivo no alcanza si realmente no recapacitamos como ciudadanos. La comunidad está violenta, muy alterada”, opinó sobre los incidentes el subjefe de la Unidad Regional local, comisario Antonio Zúñiga. Esa misma noche, tras los incidentes, en el barrio 1311 Viviendas, organizaciones vecinales programaban para hoy una marcha para evitar la criminalidad y en repudio por éste y otros hechos delictivos ocurridos en ese barrio. Según la policía, el triple crimen eleva a 30 los homicidios cometidos durante 2010 en Comodoro Rivadavia.
Los dos hermanos y su primo fueron velados ayer, con la concurrencia de otros jóvenes compañeros del club Isidoro Quiroga, donde jugaban al fútbol. También desde el Movimiento de Unidad Comodorense (MUC), un frente social y político peronista, del que participa el concejal Juan Maldonado, enviaron su pésame a través de avisos fúnebres en los diarios locales. Algunos miembros de la familia Pichelef militaban en MUC.
Hoy habrá una rueda de reconocimiento con los dos sospechosos, ya que algunos testigos del intento de robo, la persecución y la balacera posterior se presentaron a declarar.
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