Miércoles, 1 de diciembre de 2010 | Hoy
SOCIEDAD › QUISIERON LLEVAR UN ENVASE DE TINTO, LOS DETUVO LA BONAERENSE, FUERON PRESOS Y PUEDEN IR A JUICIO ORAL
Los dos adolescentes son “trapitos” de La Plata. Habitualmente compraban vino a un almacenero que los conoce. Esta vez no les quiso vender. Corrieron con la botella, la Policía Juvenil los detuvo. La fiscal los imputó de robo calificado. La botella fue recuperada.
Por Horacio Cecchi
Una jueza y una fiscal del Fuero de Responsabilidad Juvenil platense descargaron sobre la inseguridad bonaerense todo el peso de la ley. Dos chicos de 16 años fueron detenidos el martes 23 por intentar comprar bajo amenaza una botella de vino en un supermercado de barrio de la capital provincial. No es un error de tipeo, es correcto, comprar bajo amenaza. No lo lograron porque los dos matones del local mostraron sus armas. Los dos adolescentes arrojaron entonces su plata al piso y corrieron con la botella en la mano. Apenas diez metros. La veloz y decidida acción de una Patrulla Juvenil de Casal logró prevenir la fuga, detener a los dos malhechores y trasladarlos a la comisaría. Se puso en funcionamiento el aceitado engranaje judicial: tres días después, la fiscal Silvina Pérez los imputaba de robo calificado por el uso de arma y pedía su prisión preventiva. La jueza del mismo fuero, María José Lescano, consciente de la peligrosidad del hecho, aprobó el pedido. El defensor oficial, Julián Axat, apelará la detención por absurda, pero pedirá la elevación a juicio oral si ésta fuera rechazada, para evitar la prolongación de la preventiva. En tal caso, el juicio oral correrá por cuenta del Estado, que deberá invertir bastante más que el valor de la botella. La balanza de la Justicia quedó algo deteriorada, pero en fin, todo sea por lo más importante, el vino (7 pesos en góndola con tarjeta o efectivo) felizmente recuperado intacto para su legítimo dueño.
“Va a ser un juicio tipo Capuso-tto”, intentó describir anticipadamente una fuente judicial cercana a la defensoría sin perder la compostura. Los dos chicos enjuiciados hasta las últimas consecuencias son dos típicos trapitos de 16 años que el ministro penitenciario Ricardo Casal y las propuestas de Código Contravencional de Scioli intentan borrar de la escena. “Siempre vivieron en la calle, muy dejados por su familia. Tienen como treinta entradas en la comisaría, todas por estar en la calle, ninguna por un delito”, señaló la misma fuente judicial. Los dos adolescentes cuidan coches desde muy chicos. “Cuidamos para no robar”, declaró uno de ellos. Son habitués del supermercado Aníbal, ubicado en la calle 5 entre 49 y 50, muy cercano al centro platense.
Que sean habitués no significa que se alimentaran, sino que el dueño solía venderles bebidas alcohólicas. Por algún motivo, entre los chicos y el dueño comenzó a complicarse la relación, que derivó en la negativa a venderles alcohol por tratarse de menores de 18 años. El martes 23 de noviembre pasado, los dos adolescentes entraron al supermercado y tomaron una botella de vino de la góndola. “Estaban los dos chabones que nos empezaron a bardear”, declararon en relación a los dos matones contratados por el local. Los custodios estaban armados, “una 22”, según los adolescentes, que decidieron defenderse con un pico roto de una botella. Estaban montadas las bases para la acusación por robo agravado por el uso de arma.
Los dos adolescentes tomaron la botella de vino, de siete (7) pesos, arrojaron las monedas y corrieron por la 5. El asalto derivó en intento a los diez metros, cuando pasaba un auto de la Patrulla Juvenil, la misma que el ministro de Seguridad y Justicia, Ricardo Casal, había presentado públicamente como una solución para evitar la judicialización de adolescentes. Los Bonaerenses con pechera juvenil redujeron a golpes a los dos chicos y lograron evitar que el preciado botín se estrolara contra las baldosas (lo que hubiera agravado notoriamente la calificación del delito). Pese a los enunciados, los dos adolescentes pasaron de comprar a la fuerza una botella a supuestamente robarla, armados (con un vidrio), lo que excusó el traslado a la comisaría como dos peligrosos asaltantes con un frondoso prontuario (treinta entradas en la seccional, no causas judiciales, aunque se trata de un detalle secundario).
La fiscal Silvina Pérez los acusó a ambos de robo calificado por el uso de arma. Y pidió la preventiva. El defensor oficial, Julián Axat, sostuvo que “la botella de vino (supuestamente desapoderada) ha sido recuperada también de inmediato, es decir no ha existido perjuicio económico alguno para la víctima; no ha existido violencia efectiva sobre la víctima, sólo una violencia moral que la víctima ni los testigos se han presentado a ratificar”, y consideró que el “principio de insignificancia” del delito de un producto recuperado es aplicable. “La detención en casos de adultos ya sería un absurdo –sostuvo Axat–, mucho más en el caso de menores, cuando la Convención de los Derechos del Niño impide llegar a una situación semejante.” Axat trabajaba en la presentación de la apelación. En caso de ser rechazada, solicitará el juicio oral.
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