El gobierno de Mauricio Macri derivó 41 millones de pesos, provenientes de partidas del Tesoro para obras de infraestructura escolar, para tareas de alumbrado y mantenimiento de la vía pública, como la reparación de calles y veredas. El traspaso fue instrumentado a través de la resolución 2846, del 18 de noviembre último, según denunció ayer el diputado porteño Aníbal Ibarra.

“Macri habla de educación pública, pero le saca recursos para mandarlos a baldosas y pavimentos”, dijo a Página/12 el legislador, quien días atrás había denunciado otra transferencia de “fondos destinados a comedores escolares para gastos de publicidad y comunicación”.

El traspaso de fondos de un rubro a otro del presupuesto no es ilegal: está contemplado por la ley. Lo objetable, en todo caso, sería que se haga a partir del presupuesto en infraestructura, ostensiblemente subejecutado durante los tres primeros trimestres, y después de un conflicto por los numerosos problemas edilicios en las escuelas porteñas.

“El presupuesto para infraestructura contaba originalmente con 104 millones provenientes de Tesorería, por recaudación de impuestos. Como ese monto no alcanzaba para la cantidad de obras previstas, se le agregaron 300 millones provenientes de la venta de los terrenos de Catalinas. Pero como ese dinero era sólo para obras nuevas, se asignaron otros 144 millones del préstamo para obras del subte. Entonces, con esos recursos extra, transfieren los que tenían asignados por el Tesoro”, explicaron asesores de Diálogo por Buenos Aires. De acuerdo con los informes del propio Ministerio de Hacienda, finalizado el tercer trimestre sólo se había ejecutado el 10 por ciento de la partida para obras en escuelas, mientras que el Ministerio de Ambiente y Espacio Público había gastado en nueve meses lo previsto para todo el año, en veredas y pavimento.