SOCIEDAD › DESDE 2005 SE INCORPORARON ENTRE 4,5 Y 5 MILLONES DE EQUIPOS DE AIRE
La venta de equipos de refrigeración, estimulada por las bajas tarifas en el área metropolitana, aportó al crecimiento exponencial del consumo. A esto se suma el mal uso: un aparato a 20 grados gasta el 30 por ciento más que a 24 grados.
› Por Cristian Carrillo
Los cortes de luz en varios barrios porteños y el conurbano desviaron las miradas a la falta de inversión que existe en la generación y distribución. Sin embargo, el principal inconveniente surge del aumento exponencial en el consumo de los últimos años. Desde 2005 a la actualidad los hogares incorporaron entre 4,5 y 5 millones de equipos de aire acondicionado, según informó el titular de la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec), Oscar Dores. A esto se suma el mal uso que se hace de este tipo de artefactos. “Si uno pone el aire acondicionado en 20 grados en vez de 24, consume 30 por ciento más de energía, el equivalente a una heladera más funcionando”, explicó Dores. Esto se debe a que estos equipos, pasada cierta temperatura, fuerzan mucho más los motores y disparan el consumo.
El crecimiento de la actividad económica en los últimos años redundó en un mayor poder de compra de la gente, situación que se verificó principalmente en la adquisición de electrodomésticos. Los hogares se llenaron así de heladeras de última generación, televisores en más de una habitación, aires acondicionados, equipos sofisticados de audio y computadoras, entre otros. A esto se sumó el cambio tecnológico, a partir del cual artefactos de calefacción y cocinas pasaron a ser también eléctricos.
Todo esto incrementó seriamente el uso de la energía eléctrica. En la última década se duplicó el consumo. A pesar de lo que se esgrime habitualmente, el efecto de la mejora económica en la demanda eléctrica no proviene principalmente de la actividad empresaria. Según explicó Dores a este diario, la participación de las familias en el consumo eléctrico total pasó del 30 al 40 por ciento. “En cambio, las industrias están más eficientes y, a pesar del crecimiento del sector, su participación en el uso eléctrico pasó del 33 al 26 por ciento”, agregó el directivo de Fundelec. El resto corresponde a la actividad estatal, especialmente la iluminación pública.
Dentro de los hogares, los artefactos que más consumen son los equipos de aire acondicionado y de calefacción eléctrica, la plancha y las luminarias en interiores y exterior. También se cuenta a las heladeras, que acaparan el 20 por ciento del consumo del hogar. Sobre este último caso, la única recomendación es reducir la cantidad de veces que se abre la puerta para evitar la pérdida de frío. Dores sostuvo que el tema del ahorro responde en cierta medida a una cuestión tarifaria: en el interior del país se paga entre dos y tres veces más que en Capital Federal y el Gran Buenos Aires por el servicio, lo que actúa como un estímulo en las ventas y el uso de equipos en el área metropolitana.
El directivo insistió entonces en la necesidad de hacer “un uso racional de la energía”, sobre todo en estos días en que las altas temperaturas invitan a utilizar más el aire acondicionado. El promedio del año pasado para diciembre fue de 26,7 grados, mientras que hasta ayer, la de este año se ubicó en 30,5. “Gastamos 400 megavatios más, porque día tras día en que uno se siente acalorado tiende a encender más el aire acondicionado”, explicó. De todos modos, el mayor tiempo de uso es habitualmente acompañado por un ajuste del termostato para que enfríe cada vez más.
A modo de ejemplo, el uso de 45 minutos de un aire acondicionado de 3000 frigorías consume lo mismo que 50 horas de una lámpara incandescente, 12 horas de una heladera con freezer y 15 de un televisor. Según un informe de la entidad, una heladera con freezer funcionando 24 horas por día consume en el bimestre 100 kilowatts por hora (kWh), mientras que un aire acondicionado, utilizándolo cinco horas al día, gasta 390 kWh. En este caso también es crucial la temperatura a la cual se ajustan los equipos acondicionadores de aire. “Es como el consumo de combustible de un auto. A cierta velocidad mantiene un consumo que avanza progresivamente hasta pasar cierto límite. A 170 kilómetros el auto consume exponencialmente más que a 100”, detalló Dores. En los acondicionadores, el umbral se encuentra entre los 23 y 22 grados.
Pero no todo es el aire acondicionado. Los nuevos complejos habitacionales que se construyen en las zonas más exclusivas de la Capital Federal contemplan casi toda su estructura en la energía eléctrica. A un departamento que habitualmente cuenta con heladera, TV, computadora y lavarropas se suman ahora el sistema de calefacción y hornos y hornallas eléctricos. También se diseñan con sistemas de iluminación que en muchos casos no contemplan la posibilidad de utilizar lámparas de bajo consumo (ver aparte). Además, muchos de estos complejos cuentan con piscina, cancha de tenis, fútbol u otras actividades recreativas, que son iluminadas por grandes reflectores durante toda la noche. Todo este consumo es el que pone al sistema energético a funcionar al límite.
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