SOCIEDAD › UNA PROTESTA EN SAN JUAN DERIVó EN EL INCENDIO DE UNA COMISARíA Y DESTROZOS EN EL MUNICIPIO
Familiares y amigos de un joven que estaba desaparecido marcharon el lunes a la noche para reclamar su búsqueda. Un grupo se desprendió y quemó la seccional e hizo destrozos en el edificio comunal. Ayer apareció el cadáver del muchacho.
Tras desprenderse de una marcha pacífica en reclamo de la aparición con vida de Mateo Muñoz, de 24 años, un grupo de jóvenes quemó dos autos e incendió parte de la comisaría de Jáchal, en San Juan, además de destrozar la intendencia y la Legislatura local, el lunes por la noche. Ayer, tras 10 días de búsqueda, apareció el cadáver de Muñoz. “Estaba a tres metros de profundidad en el canal La Falda, al oeste del pueblo. Trabajaron 20 policías que desagotaron el canal con ayuda de bomberos”, explicó ayer a Página/12 Emilio Fernández, ministro de Gobierno sanjuanino, quien informó que ya hay dos sospechosos arrestados. Anoche, el padre y un hermano del joven reconocieron el cuerpo, mientras 12 personas detenidas por los incidentes llegaban a la capital provincial a declarar ante la Justicia.
La madre del joven, Graciela Alvarez, señaló que el sábado 13 Mateo fue a ver un partido de fútbol de equipos locales y luego del encuentro, en un bar cercano, hubo una pelea entre hinchadas. En el medio, dos hermanos de apellido Maza, principales imputados de la causa, habrían golpeado a Mateo. “Cuando llegó a casa, me dijo que sentía puntadas en el pecho y la espalda, le puse un trapo en la cabeza y talco en la espalda para aliviarlo, pero no se le iba”, relató la mujer, quien agregó que desde hacía varias semanas su hijo sentía dolor en la espalda.
Según Alvarez, llamaron tres veces a una ambulancia y, como no venía, su hijo, a los tumbos, le dijo que iría hasta la casa de la novia para que lo llevara el hospital San Roque. Fue la última vez que lo vio. Sin embargo, Mateo Muñoz nunca llegó a casa de su pareja. Fernández aseguró ayer que había varios testigos que afirmaron que el joven habría ido a un baldío, donde se encontró con otros hinchas y siguió tomando alcohol hasta las 9.30 del domingo. “Parece que fue a buscar a los hermanos que lo golpearon, aunque ellos dicen que se lo cruzaron, pero no hubo pelea, que salió corriendo”, comentó otra fuente de la Gobernación.
Pasadas las elecciones primarias, la familia hizo la denuncia por la desaparición y comenzó el rastrillaje. A la búsqueda de la policía provincial se sumaron Gendarmería y equipos con perros especialmente adiestrados. También hubo un helicóptero que sobrevoló la zona, a 170 kilómetros al norte de la capital provincial. Al desconcierto de la familia se sumaron las versiones que indicaban un posible crimen cometido por algún efectivo policial. La madre de Mateo no las descartaba. “Había un policía que lo andaba persiguiendo. Una vez lo esposó y le pegó hasta dejarlo sangrando”, recordó la mujer en declaraciones radiales.
El lunes, pasada una semana de la denuncia, los familiares y amigos de Mateo marcharon a las 21 hacia la municipalidad para exigir que se profundice el rastrillaje y la investigación. Pero en un momento, un grupo de 30 personas se desprendió de la movilización. “Se cubrieron los rostros con capuchas y atacaron con piedras e incendiaron la sede policial y apedrearon la municipalidad”, comentó el jefe de la policía sanjuanina, Miguel González. Tres oficinas y la Mesa de Entradas de la seccional 21ª fueron arrasadas, también seis oficinas de la municipalidad, agregó.
Según González, la mayoría eran jóvenes “incluso muy chicos, de 14, 15 y de hasta 11 años”. De los 16 detenidos, cuatro fueron liberados por ser menores y el resto fue trasladado, “por seguridad”, hasta la capital provincial. Durante el ataque, los manifestantes quemaron dos autos, uno era un Peugeot Partner que pertenecía a un efectivo policial que recién llegaba a tomar servicio. Según el jefe policial, cuando este policía intervino, lo “agredieron y lo lastimaron cuando quiso evitar que le destrozaran su camioneta”.
La madre de la víctima –que estudiaba kinesiología y trabajaba de albañil– contó que su esposo se acercó a los jóvenes que atacaban la comisaría para persuadirlos. “Le dijeron que hacían esto no solo por Mateo, sino por otros chicos que también habían sido golpeados por la policía”, dijo la mujer. Para el gobernador José Luis Gioja y el intendente local, Jorge Barifusa, el ataque dista de haber sido algo espontáneo (ver aparte).
Minutos antes de las 18 de ayer apareció el cuerpo de Mateo, gracias al rastrillaje, según las autoridades, aunque la prensa local mencionó que fue un operario quien lo encontró luego de ver unas zapatillas mientras trabajaba con su retroexcavadora. Estaba en la zona de El Rincón, a tres kilómetros del pueblo, bajo un puente por el que pasa un canal de riego. El lugar queda camino al baldío donde se habrían encontrado por segunda vez la víctima y los dos sospechosos, ambos con prontuario judicial. El juez Carlos Mateo pidió el traslado a la morgue de la capital provincial y señaló que cabría la posibilidad de que los hermanos inculpados hayan empujado a la víctima para que se cayera al canal.
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