La Iglesia reiteró su oposición a la despenalización del aborto al asegurar que esta práctica “nunca es la solución para proteger a la vida por nacer y a la mujer embarazada en situación de riesgo” y advirtió sobre las “consecuencias jurídicas, culturales y éticas” que conlleva su legalización.

La Conferencia Episcopal Argentina, que preside el cardenal Jorge Bergoglio, aseguró en una declaración que “la vida de la madre y del niño por nacer deben ser preservadas”, ya que constituyen “un signo de la presencia de Dios, e incluso para quienes no conocen a Dios o no creen en él, les permite ‘sospechar’ la existencia de una realidad trascendente”.

“Deseamos escuchar, acompañar y comprender cada situación, procurando que todos los actores sociales seamos corresponsables en el cuidado de la vida, para que tanto el niño como la madre sean respetados sin caer en falsas opciones. El aborto nunca es una solución”, aseveró.

La declaración “No una vida, sino dos” fue redactada durante la reunión de la comisión permanente del Episcopado de la semana pasada y puso de manifiesto, explicaron voceros eclesiásticos, la “preocupación” de la Iglesia por el avance legislativo de los proyectos para despenalizar el aborto.

La Iglesia consideró al aborto “un peligro” contra la vida y subrayó que “cuando una mujer está embarazada, no hablamos de una vida sino de dos, la de la madre y la de su hijo o hija en gestación. Ambas deben ser preservadas y respetadas”. “La biología manifiesta de modo contundente a través del ADN, con la secuenciación del genoma humano, que desde el momento de la concepción existe una nueva vida humana que ha de ser tutelada jurídicamente. El derecho a la vida es el derecho humano fundamental”, argumentó. “Es absolutamente prioritario proteger a las futuras madres, en particular a las que se encuentran en estado de marginalidad social o con dificultades graves”, precisó.