En el cuerpo de Mateo Muñoz, hallado el martes pasado tras diez días de búsqueda, no hay rastros de heridas de arma blanca ni de fuego, pero sí indicios de una paliza brutal. Según el reporte del forense, el joven albañil de Jáchal, en San Juan, tiene un corte en la frente, hematomas “y además le falta de una pieza dentaria”, comentó el jefe de la policía sanjuanina, Miguel González. Ayer, mientras se realizaba la autopsia, el juez Carlos Mateo aseguró que un testigo complicó la situación de los dos detenidos por el caso. Luego del incendio de la comisaría y el ataque a la municipalidad local por un grupo que se desprendió de una marcha por la aparición del joven, fue relevado el comisario de Jáchal. Según comentó ayer el juez, es “fundamental” la declaración de un testigo que dijo haber visto que los dos detenidos por el caso, los hermanos Mario y Eduardo Maza, de 38 y 42 años, discutían y perseguían a Muñoz el 14 de agosto por la mañana, día de la desaparición. Un rato antes habrían estado bebiendo juntos. El magistrado comentó que resta averiguar si Muñoz cayó accidentalmente al canal de riego donde fue encontrado o si lo arrojaron sus contrincantes. Por lo pronto, la autopsia servirá para determinar la fecha de la muerte. “Queremos conclusiones terminantes acerca de cuánto tiempo estuvo en el agua, y si fue arrastrado, saber qué distancia recorrió por el cauce del canal”, explicó ayer González, quien aseguró que pidieron datos al Departamento de Hidráulica por este tema. Ayer, el gobernador José Luis Gioja recibió al padre de Mateo, César Muñoz, mientras el Ministerio de Desarrollo Humano local se comprometió a asistir a la familia del joven.