SOCIEDAD › PRESENTARON LA GUíA E(GRESO) PARA CHICOS EGRESADOS DE HOGARES
La Asociación Doncel presentó la Guía E(greso) para los chicos institucionalizados que salen de los hogares. Consejos prácticos, ideas para contar con herramientas para lanzarse a la calle. Los manuales fueron producidos con experiencias de otros chicos.
En sus ratos libres, cuando salía del hogar convivencial en que vivía, Javier armaba barquitos de papel y los ponía a navegar sin rumbo. A los 18 años tuvo que “egresar” de su casa, es decir, conseguir techo y trabajo, y abandonar los botes blancos para pelear la calle como se pudiera. “Los chicos institucionalizados que alcanzan la mayoría de edad tienen que enfrentar desafíos enormes cuando salen de un hogar, muchas veces son estigmatizados por tener ese origen”, afirma Mariana Encarnato, de la Asociación Doncel, que trabaja en capacitar e insertar laboralmente a jóvenes en la situación de Javier. En ese sentido, el lunes la organización presentó la Guía E(greso), un manual elaborado por un equipo de “egresados” con experiencias y herramientas útiles para transitar ese acelerado camino a la independencia.
“Cuando estás en un hogar no tenés mucha idea de qué vas a hacer con tu vida cuando salgas”, cuenta Hernán, uno de los nueve integrantes del proyecto. El manual es una página de Internet en que los jóvenes cuentan sus experiencias personales y hacen sugerencias sobre cómo hacer menos traumático el egreso. Entre las recomendaciones, se insta a terminar la secundaria y conseguir trabajo antes de dejar el hogar, pedir orientación y pensar con anticipación a dónde uno se va a mudar. “Tratamos de volcar las cosas que nos sirvieron a nosotros para que todos puedan salir bien de su hogar”, resume Hernán.
Para María Paz Palmieri, una de las fundadoras de Doncel, “lo interesante de la guía es que busca preparar a los jóvenes a través de la palabra de los protagonistas”. La institucionalización, explica a Página/12, puede darse “en hogares convivenciales o en instituciones cerradas por conflictos penales”. La asociación, por su parte, trabaja hace siete años con el primero de los grupos mediante capacitaciones y gestión de prácticas profesionales para “hacer más fácil la transición”.
Para hacer la página web, “primero nos entrevistamos entre nosotros para conocernos y nos dimos cuenta de que en el egreso algunos tuvimos experiencias positivas y otros no”, cuenta Enrique, que trabaja en una empresa de electrónica hace cuatro años, como analista en sistemas. “Yo me fui mal. El tema de la discriminación es muy fuerte, cómo estás vestido, cómo te movés, cómo hablás”, destaca su compañera de equipo Yamila Carras. Entre el público, su hija Pilar la sigue atenta. “Hay otra discriminación que tiene que ver con que si sos mujer y salís de una institución y las empresas ofrecen muchos menos puestos que para los hombres que han salido de hogares –denuncia Yamila–. Cuando sos mamá es el triple de difícil”. “Yo no aguantaba los malos tratos. Así que a los 17 años me escapé con mi primera hija del hogar donde estaba. Me tocó enfrentar a los abogados que me las querían sacar (a sus dos hijas), la falta de vivienda y tres bocas por alimentar”, cuenta a este diario.
Christian, por su parte, dice que tuvo suerte. “Creo que hay una cuestión importante para resaltar: la posibilidad de acceder a un trabajo digno es muy difícil hasta los 18 años y, a esa edad, ya tenés que dejar tu hogar. Entonces, es casi imposible contar con un ahorro. Yo tuve la suerte de contar con una casa pre-egreso donde desde los 18 a los 21 años podíamos vivir, pero pagándonos nuestro alimento, casi todos los gastos...” En esa línea, los chicos coinciden en que sería importante volver obligatorias ese tipo de casas.
“Orientate, informate y al mundo mandate”, reza la postal que la Asociación Doncel entregó a la presentación de la Guía E (www.guiaegreso.com.ar), realizada en el anexo de la Cámara de Diputados el lunes pasado. Junto al cartón, los organizadores del encuentro entregaban un barquito blanco de papel, como los que hacía Javier cuando se escapaba un rato del hogar. “Estuve en el hogar en una edad difícil, solía irme a pasear. Una tarde, una señora creyó reconocerme y me preguntó quién era. Le dije que un chico del hogar. Ahora que lo pienso, me quiero volver a presentar. Soy Javier y quiero hacer crecer mis barcos.” La guía ayudará a que otros también lo hagan.
Informe: Rocío Magnani.
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