La cabeza de un martillo y un pelo, largo y negro: tales son los nuevos elementos en los que, por ahora, se sostiene la esperanza de encontrar a quienes asesinaron a Gastón Bustamante, de 12 años, el lunes pasado en Miramar. La desaparición del martillo había sido denunciada por Carlos Bustamante, padre adoptivo del niño asesinado, y la cabeza metálica fue encontrada cerca de la casa donde se cometió el crimen. El pelo fue recuperado de entre las ropas que vestía Gastón. El fiscal dispuso análisis de ADN sobre tres familiares y un vecino: esta pericia, según fuentes de la investigación, tendría la función de determinar si el pelo largo y negro pertenece a la madre o quizás al vecino que la ayudó cuando ella descubrió el cuerpo: de no ser así, el pelo podría pertenecer al homicida. Así, la investigación mantendría la hipótesis de que el chico fue muerto por personas ajenas a la familia, que habrían irrumpido con propósitos de robo; de todos modos, el fiscal anunció que “no se descartarán pistas”. Por otra parte, ayer llegaron a Miramar más de cien policías ante el riesgo de que se produzcan nuevos disturbios como los que el lunes causaron destrozos en el edificio de la municipalidad.

Ayer, por orden del fiscal Rodolfo Moure, se efectuaron extracciones de sangre a los familiares directos de Gastón que estuvieron en la escena del crimen: se trata de ambos padres, la hermana y un tío; también se le extrajo sangre a Gustavo Páez, el vecino que fue el primero en ingresar, en ayuda de la madre, luego de que ésta hubo encontrado a su hijo muerto. Páez –que tiene el cabello negro y largo– habría tratado de desatar el nudo hecho con una media alrededor del cuello del niño, pero le fue imposible “porque estaba muy ceñido”, declaró después.

Según fuentes judiciales, las extracciones se efectuaron para establecer qué patrones genéticos había en el lugar y descartar los de familiares y del vecino: un patrón genético distinto podría ser el del asesino. Según las fuentes de la Justicia, la escena del crimen resultó muy contaminada por el ingreso de familiares luego de que Gastón fue encontrado muerto.

Además, ayer –en un terreno cercano a la casa de la calle 27 entre 46 y 48, donde mataron a Gastón– se encontró la cabeza de un martillo, que podría haber sido utilizado para golpear al niño en la cabeza. Carlos Bustamante –en rigor, padre adoptivo de Gastón, al que le dio su apellido hace unos meses– había denunciado que, tras el crimen, faltaba un martillo en su casa. Según la autopsia, si bien el niño murió estrangulado con una media, también presentaba lesiones por golpes en la cabeza.

Se efectuarán pericias sobre la cabeza del martillo en busca de rastros, y otro posible elemento de prueba son huellas dactilares relevadas en la vivienda, especialmente en el televisor que los supuestos asaltantes habrían estado a punto de llevarse. Estas investigaciones están a cargo de la Policía Científica y peritos judiciales.

Además, policías de Mar del Plata y de La Plata llegaron para colaborar con sus colegas de Miramar en la investigación, que abarcaría distintas hipótesis: el fiscal Moure anunció que “no se descartarán pistas” en la búsqueda de los autores del crimen.

Otros efectivos policiales, más de cien, llegaron ayer a Miramar en el marco de tareas “de prevención y de contención”, tendientes a evitar desbordes como el que, el lunes pasado, derivó en pedreas contra la comisaría de Miramar y en destrozos en la Municipalidad de General Alvarado, con un saldo de heridos y detenidos.