SOCIEDAD › EL “PAI” DETENIDO POR EL CASO PRIGENT CONFESO SU RESPONSABILIDAD EN EL CRIMEN
Bini, el primer detenido por el crimen de Silvia Prigent, confesó que eran amantes y que cuando él le planteó cortar la relación ella sacó un arma, forcejearon y la mujer terminó muerta. A los investigadores no les cierra la declaración.
El supuesto pai umbanda detenido en el caso del crimen de Silvia Prigent, la docente que estuvo desaparecida diez días hasta que fue encontrada asesinada en un descampado de Tigre, confesó ser el autor del crimen y desligó a Daniel Sfeir, el viudo, también detenido por el mismo hecho. Jorge Daniel Bini, el mentado pai, dijo al fiscal Cosme Iribarren que tenía una relación amorosa con la víctima y que el 29 de diciembre se encontraron porque él quería dejarla y, ante este planteo, Prigent sacó un revólver, forcejearon, se disparó el arma y ella cayó muerta. La declaración de Bini deja fuera de responsabilidad a Sfeir. Pero todavía resulta difícil entender en qué consistió el forcejeo, ya que Prigent recibió dos disparos en la sien izquierda.
Los investigadores sospechan que la versión de Bini tiene como objetivo desvincular del crimen al viudo Sfeir. El abogado de Bini, Juan Planes, sostuvo que su cliente “no es un pai umbanda como informó la policía, sino que simplemente le dicen ‘pai’ por ‘paisano’, ya que es descendiente de tobas”. Planes afirmó que, ante el fiscal, Bini “se quebró varias veces y se hizo cargo del hecho”.
“Mi cliente explicó que al trabajar para Sfeir –en la empresa de recolección de residuos en countries– hacía seis años que conocía a Prigent y que pasaron de ser amigos a ser amantes en una relación oculta, a espaldas de su mujer y de su jefe”, dijo Planes, y señaló que “el hecho se desencadena porque Bini quería terminar la relación con Prigent y la víctima no lo aceptaba”.
Según el defensor, en su confesión, Bini explicó que una semana antes del hecho Prigent le dijo: “Te voy a dejar descansar una semana, pero te voy a llevar un regalo”, y que arreglaron verse “el día de los ñoquis en el lugar de siempre”, el descampado de la zona del Dique Luján, donde se cometió el crimen. “Al relatar aquel encuentro, mi cliente explicó que allí le dijo a Silvia que el primero de enero, cuando Sfeir le pagara el sueldo, iba a renunciar para no verla más”, contó Planes.
Siempre según la versión de Bini, Prigent le dijo: “Vos no te vas a ir a ningún lado, antes te mato y me mato”, y sacó un revólver. “Mi cliente se abalanzó sobre el arma y ahí hubo un forcejeo que terminó con dos disparos. Bini no sabe decir si al arma la accionó él, ella o se disparó sola”, explicó el abogado.
Respecto de los cruces telefónicos de esa misma noche, que señalan que Sfeir se comunicó al celular de Bini luego de cometido el crimen, Planes señaló que su cliente “reconoció que el viudo lo llamó minutos después del hecho, pero por cuestiones laborales, por un dinero que su jefe le dijo que tenía preparado para él”.
Bini reconoció haber ido a vender el celular de la víctima a un local de Escobar al día siguiente del hecho, tal como lo demostró el fiscal Iribarren con grabaciones de video, testimonios y análisis de comunicaciones. “Explicó que se deshizo de él no por el dinero, sino porque Prigent lo amenazaba con mostrarle el celular a su marido para contarle la relación oculta que tenían o que iba a inventar que él la había violado”, dijo Planes. También reconoció en la indagatoria ser la persona que realizó desde un locutorio de Zárate –como también quedó grabado en cámaras del local– una llamada anónima a la hermana de Prigent para avisar dónde estaba oculto el cadáver. “Como el cuerpo no aparecía y la familia la buscaba, decidió llamar para decir dónde estaba, aunque explicó que no lo tomaron muy en serio y que por eso debe ser que tardaron unos días más en encontrarla”, relató el defensor.
Prigent (50) fue asesinada de dos tiros en la cabeza el día que desapareció, el 29 de diciembre último. Tras diez días de búsqueda, un vecino encontró su cuerpo en un descampado ubicado a la vera de la ruta 26, en la zona del Dique Luján, en el límite entre los partidos de Tigre y Escobar. Pese a la confesión de Bini, los investigadores sospechan que el móvil del crimen está vinculado con una doble vida que llevaba Sfeir con su amante, María Cristina Soria, y que para concretar el asesinato éste contó con la colaboración de su empleado.
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