SOCIEDAD › DIEZ AÑOS DE PRISION PARA LA MUJER QUE MATO A SU AMIGA EN LAS HERAS
Silvia Luna fue condenada por “homicidio simple con dolo eventual”, es decir que los jueces consideraron que la mató sin querer hacerlo. El tribunal dio por cierta la versión de que la golpeó porque iba a pasar un video hot en su casamiento.
La moza Silvia Luna fue condenada a 10 años de prisión por haber asesinado en 2010 a su amiga Carola Bruzzoni en un bar de General Las Heras, donde la atacó de un mazazo en la cabeza porque le había dicho que le iba a arruinar su boda con la difusión de un video pornográfico. La sentencia fue dictada ayer al mediodía por el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 3 de Mercedes, integrado por los jueces Alejandro Caride, Eduardo Costa y Ricardo Marfía, quienes consideraron a la imputada autora de “homicidio simple con dolo eventual”.
En el fallo, los jueces dejaron en claro que Luna no tuvo dolo directo (intención) de matar, pero sí que debió representarse la posibilidad de ocasionarle la muerte a Bruzzoni cuando decidió golpearla en la cabeza con una maza para aplastar milanesas. “Pegarle a otro con una maza es algo que puede producir graves consecuencias”, incluso la muerte, sostuvo Caride en su voto y remarcó que “Luna tuvo perfecta conciencia de la peligrosidad objetiva de su conducta y, pese a representarse como consecuencia probable el riesgo de acabar con la vida de Bruzzoni, asintió a dicha posibilidad”.
Si bien el fiscal Adrián Landini había solicitado en su alegato una condena de 14 años de cárcel y los abogados del viudo, Ricardo Sergio Robledo, habían pedido 17 años, el tribunal le aplicó sólo dos más que la pena mínima para el homicidio simple.
Como atenuantes para fijar la pena, se tuvo en cuenta la falta de antecedentes de Luna, el “estado emocional” al cometer la agresión y su condición de “amiga” y “compañera de trabajo” de Bruzzoni, que pudo ser un “dato especialmente perturbador” para la acusada, en función de lo que aquella estaba planeando llevar a cabo.
Vestida con remera negra y saco gris, Luna rompió en llanto al escuchar la condena, y después de que su defensora oficial, María Fernanda Montero, le explicara los alcances del fallo, fue trasladada a la cárcel.
Cristian Pérez Solís, uno de los abogados de Robledo, consideró que “diez años (de condena) es poco”, pero aseguró que estaba conforme “con la calificación legal, el homicidio doloso”, aunque no con la figura del dolo eventual. “Nosotros creemos que la autora intento matar y mató, que hubo dolo directo”, señaló Pérez Solís.
Por su parte, el viudo entendió que “una condena justa hubiera sido diecisiete años” y agregó: “Estoy indignado, con bronca y pena por la forma de actuar que tiene ella de seguir mostrándose como la perdedora de todo esto y que no se arrepintió”.
El tribunal entendió que el sábado 17 de abril de 2010, cerca de las 8.30, Luna concurrió al bar Matute de Las Heras y luego de tomar de la cocina una maza para aplastar milanesas, fue al patio trasero y mantuvo una fuerte discusión con su compañera Bruzzoni. De repente, le pegó con la maza en el lado izquierdo de la cabeza y comenzó un forcejeo entre ambas, a los gritos, por el control del instrumento. Los jueces descartaron que el ataque haya sido por la espalda mientras la víctima hablaba por teléfono.
En ese momento, llegó al bar otra empleada, Miriam Idiart, quien declaró que ambas gritaban “¡soltame, soltame!”, Silvia tenía el martillo y Carola el mango, lloraban y ella logró separarlas. Luna se fue del lugar y, pese a que Idiart y otros compañeros le ofrecieron a Carola llevarla al hospital, ella se negó y sólo aceptó que el dueño del bar, Juan Prado, la trasladara a su casa, adonde cuando llegó se acostó a dormir con su marido. Cerca de las 13, Robledo se dio cuenta de que a su esposa le sangraba la cabeza y la llevó al hospital de Las Heras, desde donde la trasladaron al de General Rodríguez, donde luego de tres operaciones entró en coma y murió el 26 de abril.
Según los testigos, Luna le recriminaba siempre a la víctima que iba a arruinarle su casamiento al mostrar a los invitados un video hot en el que ella aparecía teniendo sexo con un hombre. Los jueces dieron por probado que ese video fue copiado por Carola del celular de Silvia y luego lo distribuyó entre sus compañeros al punto que llegó a manos de todo el pueblo. También consideraron que, ante esa actitud, era muy probable que Carola exhibiera el video en el casamiento de Luna.
Pero los jueces entendieron que había “algo más” entre ellas y llegaron a la conclusión de que Carola sospechaba que era su marido quien aparecía en las imágenes y que tenía diferencias con Luna porque su compañera había logrado seducirlo, a su pedido.
El juez Caride mencionó una “llamativa anécdota” que Luna contó en una de sus indagatorias en la etapa de instrucción referida a que como “Carola dudaba de la fidelidad de su marido, no tuvo mejor idea que ponerlo a prueba pidiéndole a Silvia que intentara seducirlo, sugiriendo que le enviara ‘mensajitos amorosos’. Luna se prestó al juego e hizo su parte –por lo visto de manera convincente– pues el esposo cayó en la trampa: ‘Robledo picó con los mensajes y me propuso una cita con una hora y lugar’, declaró. Aseguró que no concurrió al encuentro y que luego le reveló al hombre que se trataba de un plan urdido por su propia esposa”.
“Más allá de que constituye un curioso ‘botón de muestra’ de qué tan peculiar era la relación entre las dos amigas, traigo a colación la historia puesto que Luna admitió en su momento que esa jugada había afectado el trato entre ambas, pues ‘la relación resultó deteriorada y nunca volvió a ser como antes’”, remarcó.
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