Vie 13.04.2012

SOCIEDAD  › SIETE DE CADA DIEZ PERSONAS CON EPOC NO SABEN QUE LA TIENEN

Pulmones que no se cuidan

Se estima que el diez por ciento de la población mayor de 40 años sufre de EPOC en la Argentina. Los daños causados por esta enfermedad son irreversibles. Pero ya existen técnicas para frenar su progresión. Las mujeres fumadoras, más vulnerables.

› Por Pedro Lipcovich

La “tos del fumador”, ese carraspeo tan familiar y casi simpático... en realidad es un síntoma de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Muchas personas, incluso muchos médicos ignoran esto, y el resultado es que siete de cada diez personas que tienen EPOC desconocen su diagnóstico. Y sucede que los daños causados por esta enfermedad son irreversibles: la capacidad pulmonar que se perdió, no se recupera más; por otra parte, desde los últimos años existen técnicas para frenar su progresión, mejorar la calidad de vida de los pacientes y controlar las enfermedades asociadas, que van desde la obesidad hasta la impotencia sexual. Hay datos de que las mujeres fumadoras son más vulnerables a la EPOC que los varones: tal vez por razones hormonales, tal vez porque aspiran más profundamente el humo. Y también existe la EPOC ocupacional, que afecta a los empleados de garajes, expuestos a los gases de escape, o a los empleados de salas de juego, expuestos al humo de tabaco ajeno.

“Se estima que el diez por ciento de la población mayor de 40 años sufre de EPOC en la Argentina”, advirtió Guillermo Menga, ex presidente de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR). “Se creía que era una enfermedad de personas mayores, pero hoy sabemos que el 65 por ciento de quienes la padecen tienen menos de 65 años”, agregó. La EPOC es la cuarta causa mundial de muerte y el 70 por ciento de quienes la padecen no lo saben, señaló la AAMR.

“Muchos médicos toman como natural que un fumador tosa y se ha popularizado la idea de que hay una ‘tos del fumador’, considerada benigna y sin consecuencias”, observó Federico Colodenco, director de la Carrera de Especialistas en Neumonología de la UBA en el María Ferrer. El que tenga la tosecita debería hacerse una “espirometría”, mediante un aparato que mide las dificultades para expulsar el aire de los pulmones. “El que padece EPOC retiene demasiado aire, lo cual hace que respire mal, que sienta que ‘falta de aire’”, explicó Colodenco, y señaló que “en el asma, por ejemplo, el tratamiento permite volver a valores normales, pero en la EPOC no, y la enfermedad avanza: por eso es importante detectarla cuanto antes”.

Una vez detectada, “las personas con EPOC tienen mejor pronóstico que hace unos pocos años –destacó Eduardo Giugno, director de la Carrera de Especialistas en Neumonología de la UBA en el hospital Cetrángolo–. Hay medicamentos más efectivos y que requieren menos tomas, lo cual aumenta la adherencia al tratamiento. Más del 50 por ciento de estos pacientes tienen sobrepeso, muchos tienen hipertensión, diabetes, disfunción eréctil y otros problemas. Entonces, trabaja un equipo interdisciplinario: nutricionistas, psicólogos, kinesiólogos y otros profesionales”. Desde luego, el tratamiento incluye dejar de fumar.

Un tema específico es el de las mujeres con EPOC: “Hay estudios que, comparando mujeres y hombres igualmente fumadores, muestran que ellas son más afectadas por la EPOC: una hipótesis es la hormonal: las hormonas femeninas podrían hacer que los productos tóxicos de la combustión del tabaco permanezcan más; también se ha supuesto que la mujer inhala más profundamente que el hombre: algo parecido a lo que suele suceder con los fumadores de marihuana que, por inhalar más profundamente, llegan a sufrir más daño en el aparato respiratorio”, comentó Giugno.

Y también existe la EPOC ocupacional. Lilian Capone, coordinadora de enfermedades ocupacionales de la AAMR, advirtió que “del diez al 15 por ciento de los casos de EPOC podrían responder a causas ocupacionales o de medio ambiente. Así sucede en los trabajos donde se producen o manipulan sustancias químicas, en la industria metalúrgica y del acero y en personas que trabajan donde se concentra monóxido de carbono, como los garajes o entre los mecánicos de autos. Traté a un paciente que, después de trabajar 15 años en un garaje, sufría de EPOC como si hubiera sido un gran fumador, y no había fumado nunca. Empleados de casinos o de discotecas donde se fuma también sufren EPOC por ser fumadores pasivos”. Hoy la AAMR inaugura la Quinta Conferencia Internacional sobre Avances en EPOC, en Buenos Aires.

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