Sáb 17.05.2003

SOCIEDAD  › EL JUEZ CONFIRMO LA PRISION PREVENTIVA DE CARLOS CARRASCOSA

Cada vez más cerca del juicio oral

El fallo lo considera coautor del homicidio de María Marta. Dice que pudo no haber efectuado los disparos, pero que en ese caso la mandó matar. Y sostiene que hay 23 minutos que Carrascosa no puede justificar. El juez aceptó las pruebas del fiscal y descartó las de la familia.

› Por Raúl Kollmann

Carlos Carrascosa seguirá por ahora en la cárcel y en los próximos quince días tendrá una de sus últimas oportunidades para salir en libertad antes del juicio oral, que –según se calcula– tardará un año. Además, en ese juicio oral afronta el peligro de una pena a prisión perpetua o reclusión perpetua ya que se lo imputa de ser coautor del crimen de su esposa, María Marta García Belsunce. El juez Diego Barroetaveña sugiere en su fallo que el viudo pudo no haber hecho los seis disparos, pero que en ese caso utilizó a otra persona para matar a su esposa y argumenta que no se sabe dónde estuvo Carrascosa durante 23 minutos, en los que –según su óptica— se perpetró el asesinato. El magistrado convalidó las pruebas del fiscal Diego Molina Pico y casi desechó todas las aportadas por la familia.
Carrascosa será trasladado hoy o mañana a una cárcel y sus abogados tienen tres días para presentar su apelación. El expediente entonces será definido por la Cámara de Apelaciones, integrada por los doctores Fernando Maroto, Emilio Rodríguez Mainz y Margarita Vázquez, que tendrá cinco días para expedirse. Si la Cámara confirma la prisión preventiva, Carrascosa seguirá en prisión por, al menos, un año hasta que se realice el juicio oral y se dirima allí si es culpable o inocente. Si la Cámara revoca el fallo, Carrascosa seguirá investigado y todas las pruebas serán utilizadas en el juicio oral en el que igualmente puede ser declarado culpable o se lo sobresea.
El juez Barroetaveña destinó dos de las veinte páginas de su fallo a una cita del Hamlet de Shakespeare (ver aparte), aunque después se concentra en los argumentos por los que decide que el viudo siga preso:
- Carrascosa declaró que estuvo viendo Boca-River y después Independiente-Rosario Central casi hasta cerca de las 19. Hay tres testigos que dicen haberlo visto en la confitería del country y, para el juez, los tres testigos son creíbles.
- Para el juez está probado que el viudo vio el partido de Boca-River y se quedó unos minutos más en la casa de su cuñado porque hay dos testigos independientes, un joven estudiante de medicina, Diego Piazza, y su novia, que se quedaron hasta las 18.10.
- Como el magistrado les cree a quienes dicen que Carrascosa estuvo en la confitería, calcula que el viudo se fue de la casa de su cuñado a las 18.10, tardó dos minutos en llegar al bar y se quedó unos veinte minutos. O sea que a partir de las 18.32 no se sabe en dónde estuvo.
- La idea del magistrado es que María Marta ya estaba muerta a las 18.55, porque a esa hora llamaron de la guardia para avisarle que estaba la masajista.
- Por lo tanto, Carrascosa tuvo 23 minutos –entre que salió de la confitería y las 18.55– en los que pudo haber matado a su esposa. Aun así, el juez no dice que fue el autor de los disparos sino el coautor, o sea que pudo haber mandado a matar a su esposa. En el fallo no se menciona quién habría sido su cómplice, pero el razonamiento lleva hacia alguien de la familia porque son ellos los que –siempre según el magistrado– habrían encubierto al viudo.
El segundo elemento que toma en cuenta Barroetaveña es la sospecha de que habría pegamento en alguno de los orificios que se produjeron en la cabeza de María Marta a raíz de los disparos. La Gotita habría sido utilizada para tapar ese orificio y ello demostraría que Carrascosa buscó ocultar el crimen.
- Aunque la pericia no dice que había pegamento en un orificio sino ciano y que podría ser parte de ciano-acrilato –eso es lo que hay en La Gotita–, el juez se asienta en una declaración posterior del perito oficial, Luis Ferrari, “de que lo encontrado es altamente compatible con la idea de una sustancia conteniendo un pegamento tal como el ciano-acrilato”. Los peritos de la familia e incluso los químicos de la Universidad de LaPlata, consultados por este diario, dijeron que esa conclusión no corresponde.
- El juez tampoco tuvo en cuenta la declaración de uno de los forenses que hizo la autopsia y que señaló que no vieron pegamento en el cráneo de María Marta. “El pegamento no puede ser apreciado a simple vista”, argumentó el magistrado.
Aunque Barroetaveña se basa en dos elementos centrales –que para él no se sabe dónde estuvo Carrascosa durante 23 minutos y que se encontró pegamento–, el magistrado agrega lo que considera otros indicios.
- El juez cuenta que estuvo en la casa de los Carrascosa y que vio el baño donde se encontró muerta a María Marta. “Por la posición en la bañadera es improbable, a mi ver, sospechar que la víctima pudiera haberse golpeado con los grifos. Tampoco era probable sospechar que se hubiese golpeado con los parantes del techo del baño, toda vez que su cabeza, en la parte media, no podría dar nunca contra aquéllos”, señala Barroetaveña.
- En el fallo incluso menciona como prueba contra Carrascosa el hecho de que al día siguiente de la muerte de María Marta, durante el velatorio, el viudo tenía en sus anteojos una mancha de sangre. La familia argumentó que no podía ser de otra manera ya que Carrascosa estuvo pegado a su mujer en varios momentos posteriores a su muerte. El juez no aceptó ese argumento y dijo que “esas manchas son incompatibles con las tareas que dice haber desarrollado”.
- El otro elemento que el juez sostiene contra Carrascosa es el famoso pituto. Barroetaveña consideró que el viudo había tenido cierta instrucción en materia de manejo de armas porque estuvo en la Escuela Náutica. Los compañeros de promoción declararon que sólo iban de tanto en tanto al Tiro Federal y que tiraban con fusiles Mauser, pero para el juez ese grado de instrucción ya debió ser suficiente para distinguir el plomo alargado que queda de una bala.
- A esto hay que agregarle el hecho de que no se haya dado aviso a la policía e incluso el intento de evitar que concurriera y la circunstancia de que no se avisó al Incucai, pese a que María Marta era donante de órganos. Todos esos elementos, Barroetaveña los considera incriminatorios y no aceptó la argumentación de los defensores.
Finalizando, el juez admite que los indicios no son categóricos, pero transcribe una cita para darle base a su prisión preventiva: “Basta con que resulte posible estimar la existencia del delito y la responsabilidad del imputado, aun a través de indicios apreciables con criterio distinto del correspondiente al momento del fallo definitivo”. Con esto, dice que tal vez no haya pruebas todavía para condenarlo, pero sí para mantenerlo entre rejas.

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