SOCIEDAD › POR PRIMERA VEZ, LA CANTIDAD DE NUEVAS INFECCIONES DE VIH EN EL MUNDO BAJARON ESTE AÑO
De acuerdo con las cifras que difundió ayer Onusida, la cantidad de personas con acceso a tratamientos, en todo el mundo, aumentó un 63 por ciento en los últimos tres años. En 2011 la cantidad de muertes por sida se redujo un 24 por ciento.
› Por Pedro Lipcovich
Por primera vez en la historia del VIH/sida, la cantidad de nuevas infecciones bajó este año en el mundo, pero... Este “sí, pero...” marca la tónica de la situación de la epidemia, a nivel internacional y también en la Argentina. En el mundo, las nuevas infecciones por transmisión madre-hijo bajan sostenidamente, pero, cada año, dos millones y medio de adultos siguen contrayendo el virus, y siete millones de personas no acceden a los tratamientos. La Argentina va a la cabeza de América latina en el acceso a los tratamientos, pero –a la vez que el riesgo por transmisión heterosexual sigue siendo considerable– entre la población de hombres que tienen sexo con hombres la proporción de personas con VIH podría superar el 15 por ciento. Y, en un país donde 70.000 personas ignoran que tienen VIH, “lo más difícil es conseguir que los médicos, en los chequeos de rutina, se permitan preguntar: ‘¿Quiere hacerse el test de VIH?’”, advirtió el titular de la Dirección Nacional de Sida, en una presentación conjunta con el representante de Onusida.
“Desde el comienzo de la epidemia, más de 60 millones de personas fueron afectadas; más de 25 millones murieron y 34 millones viven con VIH”, resumió Alberto Stella, coordinador de Onusida para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, y precisó que “en América latina, 1.800.000 personas tienen el virus”. En 2011, la cantidad de nuevas infecciones bajó un 42 por ciento en el Caribe (la segunda región más afectada del mundo, luego del Africa subsahariana). Unas 83.000 personas se infectaron con VIH en 2011; en 2001 habían sido 93.000. La cantidad de los que murieron por sida cayó un diez por ciento entre 2005 y 2011: de 60.000 a 54.000. En definitiva, “en 2011 cerca de 1,4 millón de personas vivían con el VIH en América latina, en comparación con 1,2 millones en 2001”, según datos de Onusida.
En el mundo, la cantidad de personas con acceso a tratamientos, en todo el mundo, aumentó un 63 por ciento en los últimos tres años. Gracias a esto, en 2011 la cantidad de muertes por sida se redujo un 24 por ciento respecto de 2005, pero sigue en niveles elevados: 1,7 millones de personas en el mundo. En cuanto a la trasmisión madre-hijo, “hay recursos que, desde el embarazo, garantizan que el bebé nazca sin el virus y que la madre a su vez reciba tratamiento: en los países desarrollados ya hay una generación que nació libre de VIH –destacó Stella—; en los países de bajo y mediano desarrollo, todavía 330.000 chicos nacieron con VIH en 2011”; en 2005 habían sido 540.000.
En la Argentina, “la trasmisión materno infantil bajó a 4,38 por cada cien niños nacidos de mamás seropositivas”, anunció Carlos Falistocco, titular de la Dirección de Sida y ETS del Ministerio de Salud de la Nación. El dato ratifica la continuidad del avance pero todavía no llegamos a la generación que nazca libre de VIH. De las mujeres embarazadas que tienen el virus, el 82,9 por ciento recibió tratamiento durante el embarazo, proporción que sube al 92,96 por ciento si se agregan las que fueron diagnosticadas a partir del parto.
En la Argentina –que garantiza la terapia antirretroviral gratuita a todos quienes la necesiten–, “hay casi 50.000 personas bajo tratamiento”, señaló Falistocco. Bajo los actuales criterios de iniciación de las terapias, “aproximadamente el 80 por ciento de aquellos a quienes se diagnostica el virus debería estar en tratamiento”. El problema es que unas 65.000 personas, la mitad de los 130.000 estimados con VIH en el país, no han sido diagnosticadas: “Cuando hemos ofrecido testeos en distintos lugares del país, vimos que en general la gente no se niega. Lo más difícil es conseguir que los médicos ofrezcan el test, incluido en los chequeos de rutina, porque muchos profesionales no se atreven a meterse en el tema –observó el director de Sida–. Pero no hace falta que pregunten más que: ‘¿Usted quiere hacerse el test de VIH?’”.
También se anunció ayer una estimación que eleva a 15,7 el porcentaje de personas con VIH entre hombres que tienen sexo con hombres en la Argentina. “Sin embargo –advirtió Falistocco–, no hay que olvidar que, en la Argentina, la principal vía de transmisión del VIH es la heterosexual, muchas veces en personas mayores de 45: no hay población fuera de riesgo.” Además, la estimación, hecha en conjunto con una ONG dedicada a este grupo poblacional, podría estar sesgada, ya que los que acudieron a la encuesta eran personas que podían sospechar que tenían el virus. “Pero, sin duda –señaló el director de Sida–, es un porcentaje más alto que el de la población general.” Esto se halla en sintonía con los datos de Onusida, según los cuales “la infección por VIH en hombres que tienen sexo con hombres en las capitales es 13 veces superior que en la población general”.
Para procurar disminuir esa incidencia, Falistocco destacó que “una acción fundamental es facilitar el acceso a los servicios de salud sin discriminación. Trabajamos para concientizar a los equipos de salud para disminuir los niveles de prejuicio que existen contra esta población y, todavía más, respecto de la población trans”. Stella, por su parte, destacó que “es fundamental el respeto por los derechos humanos. Se ha verificado que entre las poblaciones cuyos derechos humanos no son respetados, la epidemia crece con más facilidad. Cuando un adolescente descubre que es gay, generalmente se las ve difíciles y, si es afectado por el estigma y la discriminación, es mucho más probable que se incluya en situaciones de riesgo”.
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