Vie 22.03.2013

SOCIEDAD  › LA MEDICA QUE ATENDIO A PIPARO CONTO COMO FUE EL NACIMIENTO DEL BEBE

“No tenía signos vitales”

Graciela Badín relató en el juicio por la salidera del Banco Río que el bebé de Píparo pudo ser reanimado luego de diez minutos. La discusión es clave porque de esa situación depende la calificación del delito: homicidio, como es la acusación actual, o aborto doloso.

La médica que atendió a Carolina Píparo el mismo día que fue baleada en una “salidera” bancaria, en julio de 2010 en La Plata, declaró en el juicio ayer y dijo que la víctima ingresó “con riesgo inminente de muerte” y el feto que gestaba, de ocho meses, nació mediante cesárea “sin signos vitales”, por lo que debió ser reanimado. Una semana después, el bebé falleció. Su testimonio versa sobre uno de los puntos en disputa del caso, si la muerte de Isidro, como se iba a llamar el hijo de la mujer, fue un homicidio o un aborto doloso (intencional). Por otra parte, dos personas fueron arrestadas en medio de la audiencia, acusadas de falso testimonio y serán investigadas, ya que se sospecha que proveyeron parte de los celulares que utilizó la banda que actuó en el crimen (ver aparte).

“Tenía el rostro y las ropas cubiertas de sangre y se veía un traumatismo en su cabeza, había que iniciar acciones inmediatas para mantenerla con vida.” Así describió la llegada de Píparo a la guardia del Hospital San Roque, de Gonnet, el 29 de julio de 2010, Graciela Badín, jefa del servicio de emergencia. La médica contó que Píparo recibió un disparo en el mentón, que ingresó a la altura del esternón del lado derecho. “Me impresionó que el disparo parecía venir de arriba hacia abajo”, remarcó y agregó que la bala le perforó la pleura y el pulmón.

Según evaluó esta médica, el impacto de la bala le ocasionó “un neumotórax hipertensivo”. Esas heridas, agregó, comprometían seriamente su vida: “Eran heridas mortales, en ese momento había riesgo inminente de muerte. Ella estaba pálida, con los labios y mucosas azules, es decir con cianosis, y sudorosa, había un riesgo inminente para su vida”. Luego explicó que la prioridad fue la madre porque eso “era lo mejor para el feto (que) depende de las condiciones de la madre para vivir”. La médica mostró además una serie de fotos de la paciente que tomó con su celular. Píparo ingresó en la sala de emergencias a las 12.10, minutos después de recibir el disparo en la puerta de su casa, en el cruce de las calles 21 y 36, en La Plata. Una vez que el personal médico pudo revertir las complicaciones respiratorias y hemodinámicas –es decir, el tránsito de la sangre entre el cerebro y el corazón–, se decidió actuar sobre el feto. Pese a las dificultades para respirar, recordó Badín ante el Tribunal Oral Criminal II platense, Píparo balbuceaba: “Por favor, mi bebé, mi bebé”. Al no detectar latidos fetales, la médica dispuso una cesárea de emergencia.

“Se evidenciaba daño fetal debido al compromiso respiratorio que presentaba la madre. No había traumatismo sobre el feto, pero el feto dependía del estado respiratorio de la madre”, explicó la especialista. Luego comentó que Isidro nació a las 12.40, sin signos vitales: “No había pulso ni latidos cardíacos, por lo que requirió reanimación. Se le practicaron masajes cardíacos, aporte de oxígeno, adrenalina y respondió rápidamente a la reanimación a los diez minutos”. El bebé, agregó, pesaba tres kilos cuatrocientos gramos y tenía “aspecto saludable”.

Píparo lloraba mientras escuchaba este tramo del testimonio. En la primera audiencia, la víctima se había referido al tema. “Una médica me explicó que nació muerto, que lo reanimaron pero no le encontraron actividad cerebral, que muy probablemente si sobrevivía no podría caminar o comer por sus propios medios.”

Ayer Badín explicó que el bebé sufrió en el útero la falta de oxígeno de la madre y eso condicionó su evolución posterior. “Murió una semana después, casi a la misma hora que nació, casi a las 13 horas”, comentó la médica. María Esther Vigorelli, defensora oficial del imputado Carlos Moreno, a quien Píparo señaló la semana pasada como el tirador, le preguntó a Badín si no se podría haber hecho la cesárea cuando Píparo ingresó a la guardia. “Yo estaba tratando a dos pacientes (por Píparo y su bebé). La prioridad era compensar a la madre, pero de haberle hecho cesárea en ese momento hoy no tendríamos madre ni feto”, insistió.

Por su parte, el fiscal del juicio, Marcelo Romero, dijo a la prensa que con la declaración de Badín “quedó acreditado científicamente la calificación legal de la fiscalía de la tentativa de homicidio a Carolina Píparo y el homicidio de Isidro, con las correspondientes agravantes (que implican la prisión perpetua)”. Las defensas intentarán reencauzar, en última instancia, la acusación hacia la figura de aborto doloso o culposo (sin intención), una figura contemplada en el Código Penal, por la que podrían recibir una pena de entre 15 y 20 años, tomando en cuenta agravantes y calificaciones conexas.

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