SOCIEDAD
› UN SISMO QUE AFECTO A CINCO PAISES LATINOAMERICANOS
Un temblor con ritmo latino
Se sintió en Buenos Aires, donde hubo autoevacuados. También afectó a otras ciudades del país. El sismo tuvo epicentros en Chile, México y Brasil y repercutió en Perú. No causó víctimas.
Desde su raíz mineral más profunda, como lo hubiera querido el recordado folklorista Jaime Dávalos, América latina se estremeció: esta nueva manifestación de unidad fue literal, se produjo en la mañana de ayer y permite bromear porque el sismo no dejó víctimas ni daños materiales, pese a que su intensidad alcanzó 6,9 y 7 puntos en la escala de Richter, ya que no afectó zonas pobladas. Tuvo epicentros en Chile, Brasil y México y se sintió en Perú y en varias ciudades de la Argentina, incluida Buenos Aires, donde empleados y vecinos se autoevacuaron de edificios del microcentro. Con más intensidad se lo percibió en Mendoza, San Juan y La Rioja y, en menor grado, en Córdoba y Santa Fe. En los pisos altos fue “como si todo estuviera sobre una hamaca”, según testimonios.
El sismo que afectó a la Argentina tuvo su epicentro en la zona chilena de Ovalle, a 411 kilómetros al norte de Santiago. Se sintió en cinco de las trece regiones chilenas y obligó a evacuar escuelas y edificios públicos, pero no se registraron víctimas, aunque sí interrupciones de energía eléctrica y de comunicaciones telefónicas. Según el Departamento de Sismología de la Universidad de Chile, el terremoto alcanzó los 6,9 grados en la escala de Richter, lo cual significa que, si su epicentro hubiera estado en áreas pobladas, hubiera causado “daños severos”. El jueves a las 20 se había detectado otro movimiento, de 5,5 grados.
El sismo se sintió en la Argentina, especialmente en San Juan y Mendoza, donde alcanzó el grado IV de la escala de Mercalli (sacudida que se percibe más bien en interiores); en Córdoba, La Rioja, Santa Fe y Buenos Aires llegó a los grados II y III (también en interiores, especialmente en pisos altos).
En la ciudad de Buenos Aires, se autoevacuaron empleados y vecinos de edificios en Tucumán al 500, en Avenida de Mayo y Chacabuco, en Flores, en las torres de Catalinas y en Esmeralda 130: en este último, de más de 20 pisos, los empleados reunidos en la calle declaraban “sensaciones de mareo” y que “algunos objetos en la oficina empezaron a moverse”.
En Mendoza, el temblor “sólo produjo alarma, sobre todo en los habitantes de edificios altos, sin que se registrara pánico”, según Defensa Civil de esa provincia. En La Rioja, una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno fue interrumpida cuando los periodistas se autoevacuaron vertiginosamente. En edificios de más de dos pisos se sentía “como si todo estuviera sobre una hamaca”, según testimonios.
También en Brasil, al amanecer, se produjo un terremoto, que alcanzó los 7 grados de la escala Richter: “Terremoto mayor. Graves daños”, si hubiera acontecido en zonas pobladas. Pero tuvo lugar a 553 kilómetros de profundidad, en la selva amazónica; su epicentro se ubicó 376 kilómetros al noreste de la ciudad peruana de Pucallpa. “El temblor fue inusual”, según el Observatorio de Sismología de la Universidad de Brasilia: en los últimos 20 años se registraron sólo tres de esa magnitud. En Perú, el mismo sismo se sintió en las localidades de Piura, Trujillo, Chimbote, Lima y aun Huarney, en la costa del Pacífico.
Según Mario Bufaliza, del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Impres), ambos sismos se debieron a que “la placa tectónica de Nazca, de la zona del Pacífico, avanzó por debajo de la placa Sudamericana”. Lucas Vieira Barros, de la Universidad de Brasilia, estimó posible que el terremoto de Brasil “haya desestabilizado la placa en la región de Chile”, desencadenando el otro sismo, pero “pudo haber sido una coincidencia”. También en México, en Oaxaca, en la mañana de ayer se produjo un temblor, que alcanzó 4,2 grados Richter, sin víctimas ni daños.