El resultado de los análisis sobre las muestras halladas en el Renault Mégane, del encargado del edificio de Ravignani y Santa Fe, están a la cabeza de las expectativas de los investigadores del crimen de la adolescente Angeles Rawson. Se intenta determinar si en esos vehículos, como también en el sótano del edificio, se encuentran rastros que contengan el ADN de la joven. También se aguardan los resultados sobre las muestras tomadas al cuerpo de Angeles, incluyendo material detectado en las uñas de la víctima. Entre tanto, la familia de la joven es mantenida por el Ministerio de Seguridad bajo resguardo. De los medios.

Fuentes de la investigación sostuvieron que hoy continuarán los análisis de los elementos recolectados hasta el momento, como los rastros de cabellos y manchas encontradas en el baúl del Renault Mégane del único detenido, Jorge Mangeri. Las mismas fuentes señalaron que también hallaron muestras para analizar si se trata del mismo tipo en el sótano del edificio de Ravignani 2360, de Palermo, donde residían tanto la víctima como el imputado que, a su vez, era el encargado del lugar.

Los investigadores intentan determinar si en las muestras se encuentra el ADN de Angeles, para confirmar las sospechas –que, por el momento, cabe aclararlo, sólo son sospechas porque se sostienen en indicios y no en pruebas– de que el auto pudo haber sido el vehículo utilizado para trasladar el cadáver de la adolescente. Como ocurrió en el caso Candela, sería apresurado confirmar información sobre la base de presunciones.

También investigan si el cuerpo de Angeles fue colocado en el sótano del edificio antes de ser arrojado a la basura. Los investigadores aguardan más resultados de laboratorio sobre otras muestras, entre ellas las levantadas del cadáver, como el hilo sisal con el que aparentemente la estrangularon y ataron, un cabello hallado adherido a una de las uñas, el uniforme de gimnasia escolar que tenía colocado y su ropa interior.

En estas muestras, los investigadores procuran hallar el patrón genético del o los responsables del crimen.

Además, a unos 300 metros del edificio, de un contenedor de basura ubicado en el pasaje Voltaire y Arévalo, se tomaron muestras buscando, a tientas, algún dato que determine que el cuerpo de la chica haya sido arrojado allí dentro. Cómo llegó el cuerpo de Angeles hasta el predio de la Ceamse sigue siendo un bache demasiado abierto en la investigación.

Los primeros resultados de toda la batería de estudios solicitados podrían estar en un par de días, según confiaron voceros de la investigación.

El único detenido en el caso de Angeles Rawson es el encargado del edificio de Ravignani, Jorge Mangeri, quien quedó en la lupa de los investigadores y, también y especialmente, de la prensa.

El sospechoso fue detenido durante la madrugada del sábado y durante la noche del sábado, el juez subrogante Roberto Ponce le tomó indagatoria pero Mangeri se negó a declarar.

Entre la detención y la indagatoria, Diana Seattone, la esposa de Mangeri, aseguró a la prensa que su marido es un “perejil” y denunció que lo “quemaron y picanearon” durante un apriete que sufrió el viernes antes de ir a declarar como testigo ante la fiscal de la causa, Paula Asaro.

Ese día, Mangeri había sido trasladado a la fiscalía cuando la madre y los hermanos de Angeles ya hacía ocho horas que se hallaban declarando. Según explicó a Télam una fuente judicial, el portero había sido citado a declarar el miércoles y no se presentó, el jueves tampoco y por eso el viernes lo fueron a buscar a su casa. Una fuente de la investigación indicó que el encargado comenzó a declarar bajo juramento ante la fiscal (condición característica de la declaración como testigo, ya que un imputado no está obligado a decir la verdad) y dijo que no había concurrido antes porque “no se lo permitieron”.

Si bien no trascendió su declaración, fuentes de la investigación explicaron que en un momento Mangeri se autoincriminó en el hecho y la fiscal lo relevó del juramento de decir verdad, lo imputó en la causa y quedó detenido.

Angeles Rawson, de 16 años, fue encontrada asesinada el martes último en un predio de la Ceamse de José León Suárez, con una soga (aparentemente un hilo sisal) enrollada en el cuello y su cabeza cubierta con una bolsa verde plástica.

La adolescente había desaparecido la mañana del lunes, luego de haber concurrido a su clase de Educación Física a un predio deportivo de Colegiales. Distintas cámaras de seguridad registraron el paso de la joven hasta que llegó al edificio en el cual vivía con sus familiares, de donde no se la volvió a ver salir.