SOCIEDAD › AGUARDAN LOS PERITAJES SOBRE RASTROS OBTENIDOS DE LA MáQUINA SECUESTRADA EN LA CASA DE MANGERI
Los cabellos hallados en los accesorios de una aspiradora secuestrada del departamento de Mangeri y la versión del ADN hallado en el lugar pueden definir la situación del portero. Dos nulidades pedidas por la defensa llegaron a la Cámara de Apelaciones.
La escena del crimen de Angeles Rawson podría definirse esta semana, si se confirman los trascendidos sobre el ADN de la joven, presuntamente hallado en el departamento de Jorge Mangeri, y a partir de los cabellos hallados en una aspiradora. Los investigadores sospechan que este aparato, secuestrado el viernes durante un allanamiento a la casa del único imputado por el asesinato, fue utilizado para limpiar el departamento de Mangeri el 10 de junio, tras el ataque contra Angeles. Por otra parte, ayer Beatriz Nicolasa Fuentes fue acusada de “falso testimonio” por el fiscal de instrucción Andrés Madrea, quien solicitó que declaren el periodista del Grupo Clarín Ricardo Canaletti y el diputado radical por Santa Cruz Eduardo Costa y su secretaria.
“La aspiradora, de color bordó, estaba al lado de la puerta ventanal que es el acceso directo que Mangeri tiene desde su casa a la terraza”, confió un vocero judicial ayer. El aparato no tenía la bolsa en la que se deposita la basura, sin embargo entre los accesorios se encontró el cepillo de la boquilla de aspiración, allí había varios pelos. Además se levantó una uña en un trapo que estaba junto a esa aspiradora y que también fue incautado. El juez Javier Ríos mandó peritar estos elementos para cotejarlos con el perfil de ADN de la víctima.
El genetista Gabriel Boselli, un perito de la defensa que estuvo presente en el allanamiento, confirmó ayer los hallazgos. “Secuestraron la aspiradora y sus complementos en la azotea. Hallaron pelos y en ese mismo sector donde estaba la aspiradora levantaron una uña. También se llevaron un trapo de piso que se estaba secando y suelen usar en el baño de la portería de Mangeri”, describió. No está claro aún si la aspiradora pertenece al encargado del edificio, en el barrio porteño de Palermo, o es del consorcio o de alguna vecina, agregó.
El dato de la aspiradora fue aportado por Humberto, un peluquero vecino de la calle Ravignani al 2300, quien declaró en la causa que Mangeri le había pedido a una vecina, a través de él, que guardara el artefacto de limpieza. “Sra. Sofía ponga la aspiradora en su lugar”, decía la nota que dijo recibir el peluquero el viernes 14 de junio, horas antes de que Mangeri quedara detenido. El imputado, según este testigo, le aseguró a Humberto que estaba amenazado. Los investigadores sospechan que el portero habría utilizado ese electrodoméstico para limpiar rastros del crimen.
Según fuentes de la causa, afirmaron que esta vecina no había aportado este dato cuando fue a declarar al juzgado, pero reconoció el viernes que ella al recibir la nota fue a buscar la aspiradora a la terraza, la guardó en su casa y pocos días después se la entregó con todos los accesorios al sobrino y la cuñada de Mangeri, quienes la subieron a la portería. Lo que pueda cotejarse del material hallado en la aspiradora se sumará a los rastros de sangre detectados en el departamento del portero, que serían del imputado y la víctima. Mañana el juez recibirá la confirmación de estos estudios, que definirían la escena del crimen.
Otra investigación que avanza es la referida a Fuentes, la mujer que afirmó que existió una pelea familiar el día del asesinato porque la víctima padecía del abuso sexual de uno de los integrantes núcleo íntimo. También afirmó que el secretario de Seguridad nacional, Sergio Berni, había ofrecido en persona 25 mil pesos a cada vecino para silenciar este episodio. Esta información falsa derivó en una multitudinaria declaración, que incluyó a casi todos los vecinos del edificio donde vivía Angeles. Ayer el fiscal Madrea le imputó el delito de “falso testimonio”.
Según dijo luego a la Justicia esta mujer, quien al principio se presentó como hermana de una vecina del edificio, oyó la versión de la disputa de otra persona en la terminal de micros de Comodoro Rivadavia. Fuentes vive en Caleta Olivia, Santa Cruz. Ella dijo haber llamado a la oficina del diputado Costa y la secretaria le dio el número de teléfono de Canaletti, quien grabó el testimonio y lo acercó a la querella. Para reconstruir los dichos de Fuentes, el fiscal le pidió al juez Jorge De Santo que tome declaración al periodista, el diputado y su secretaria.
Según fuentes judiciales, el fiscal pidió la copia del audio que Canaletti le pasó a la querella e informes sobre entrecruzamientos telefónicos y “cualquier otra medida que se estime pertinente” para esclarecer el caso. El falso testimonio, cuando apunta a perjudicar a una persona, tiene una pena máxima de diez años de cárcel. La mujer, al declarar ante el juez Ríos y la fiscal Paula Asaro, afirmó: “Hagan de cuenta que esta mentira la dije yo, si no queda otra”.
Ayer se supo que las dos nulidades pedidas por la defensa recaerán en la sala sexta de la Cámara del Crimen, integrada por Marcelo Lucini, Mario Filozof y Matías Pinto. La primera nulidad apunta a la declaración testimonial de Mangeri, la segunda a la supuesta falla en la cadena de custodia del ADN extraído de la uñas de Angeles, la prueba más importante de la causa.
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