Una sequía de cuatro meses, agudizada por temperaturas de hasta 40 grados en las zonas afectadas, sumado a la presencia de vientos cruzados de entre 50 y 60 kilómetros por hora que ayudan al avance de las llamas, torna “imposible pensar en detener los incendios (en Córdoba) hasta que llegue la lluvia”, afirmó ayer el gobernador provincial, José Manuel de la Sota. El fuego involucra a por lo menos 25 mil hectáreas en el sur y sudoeste del territorio cordobés y obligó a la evacuación de unas 500 personas, ante la destrucción de algunas viviendas y la posibilidad de que otras atraviesen el mismo problema. La presidenta Cristina Fernández puso a disposición del gobernador, con quien dialogó por teléfono, “toda la ayuda para sofocar los incendios”. El gobierno nacional hizo extensivo el ofrecimiento a los gobiernos de San Luis y Neuquén, donde también se han producido fenómenos similares. “La situación es catastrófica con más de 60 focos de incendio” en toda la provincia, le dijo a Página/12 el presidente de los Bomberos de la ciudad cordobesa de Río Cuarto, Ignacio Puelles. En esa ciudad combaten “seis focos de incendio en las sierras”, además de la presencia de “otros focos” que vienen avanzando desde la provincia de San Luis y que podrían complicar aún más la situación.

El fuego se extiende por 17 localidades de cinco departamentos cordobeses. El incendio destruyó cuarenta viviendas y cabañas de veraneo en Villa Yacanto, donde se produjeron las 500 evacuaciones, según confirmó el ministro de Desarrollo Social de Córdoba, Daniel Passerini. Dos hombres sufrieron heridas y quemaduras de gravedad. El gobernador De la Sota describió un panorama dramático al afirmar que “con una sequía de cuatro meses y vientos cruzados, no hay forma de parar el fuego”, salvo que llegue la lluvia. Estimó, en ese sentido, que “los meteorólogos pronostican que las condiciones climáticas serían peores en las próximas 48 horas”. La temperatura ambiente, en los lugares afectados, ronda los 40 grados centígrados “y el calor llega a los 80 grados en las zonas donde están trabajando los bomberos”, precisó a este diario el presidente de Bomberos riocuartense.

El coordinador nacional del Plan Nacional de Manejo del Fuego, Fernando Epele, sostuvo en diálogo con la agencia Télam que son 50 mil las hectáreas afectadas. Anunció que serán doce los aviones hidrantes que trabajarán desde hoy en el combate del fuego, cuatro de la provincia y ocho enviados por la Nación. Epele sostuvo que se esperan algunas lluvias para mañana y que por esa razón “hay que tratar de controlar el fuego antes del sábado, cuando van a regresar las altas temperaturas”.

Las llamas son combatidas por más de 400 bomberos y miembros de distintas fuerzas de seguridad, provinciales y nacionales. Además de los doce aviones hidrantes, cuentan con dos helicópetros “heli-baldes”, aviones de la Prefectura, 10 vehículos Unimog y camiones forestales capaces de trasladar 4500 litros de agua. Los bomberos pertenecen a 174 cuarteles. El secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, y el cordinador del Plan de Manejo del Fuego, Fernando Epele, se reunieron anoche con autoridades provinciales.

“Es una tormenta de fuego, como la que hubo hace diez años y que yo creí que nunca más volvería a vivir”, declaró José Luis Colombatti, intendente de Villa Ciudad América, en el Departamento Santa María, a 68 kilómetros de la capital cordobesa. Colombatti, que también es jefe de los Bomberos de su ciudad, remarcó que “tiene que llover, porque estamos en una lucha desigual contra el fuego”.

Villa de Yacanto, en el Departamento Calamuchita, es uno de los puntos más afectados. “Anoche el fuego arrasó todos los laterales de la localidad”, afirmó Gustavo Bettini, jefe de Bomberos de la zona. “El círculo de fuego era tal que hubo que evacuar a 250 personas hacia Santa Rosa de Calamuchita. El fuego, que corría de norte a sur, estuvo a seis kilómetros de la localidad y afectó también al paraje próximo, El Durazno, donde se perdieron 23 viviendas”, agregó Bettini.

Los incendios comenzaron el viernes pasado. Los focos se fueron multiplicando por las altas temperaturas y el fuerte viento. Los lugares más afectados son Calamuchita, San Javier y Santa María, en el sudoeste provincial, cerca del límite con San Luis, y los de Punilla y Colón, en el sur cordobés. Las localidades más dañadas están en Calamuchita, en especial Villa Yacanto y Santa Rosa; también resultaron alcanzados por las llamas campos y pastizales de las localidades de De la Quintana, La Carolina, El Durazno, San Miguel de los Ríos, Villa Alpina, Villa Ciudad América, Amancay, Despeñaderos, Colonia Santa María, Alpa Corral, Alta Gracia, La Serranita, Falda del Carmen, Bialet Massé y Salsipuedes.

También, por la rotación del viento, se reavivaron los focos en las laderas del cerro Pan de Azúcar, en la zona de Cosquín. Otro foco activo se ubica entre Bosque Alegre y San Clemente, en el Departamento Santa María, mientras que desde el lunes las llamas afectan la zona de Sierras Chicas, en La Granja, y Ascochinga, en el Departamento Colón.

Como consecuencia de los incendios, dos hombres fueron internados con heridas graves en centros de salud de la capital provincial, luego de sufrir golpes y lesiones en medio del fuego. Los médicos señalaron que el estado de salud de esas personas es “reservado”, lo que confirma su gravedad. Uno de los heridos es Isidro Pelliza, de 49 años, dueño de un complejo de cabañas que sufrió “traumatismo craneo-encefálico y de tórax” cuando se le cayó encima un pino.

El otro herido, Carlos Pallen, de 25 años, tiene quemaduras en el rostro, brazos y piernas. El fuego destruyó su vivienda en la localidad de Salsipuedes. Cerca de Yacanto, en la localidad de San Miguel de los Ríos, quedó totalmente destruida la cabaña propiedad de la actriz uruguaya Natalia Oreiro y el músico Ricardo Mollo. No hubo víctimas porque la casa estaba, en ese momento, deshabitada.

El secretario de Ambiente de la Nación, Juan José Mussi, explicó que la colaboración de la Nación responde “a la demanda por parte” de la provincia y a través del Programa Nacional de Manejo del Fuego. Anunció que “hay más recursos que serán utilizados de acuerdo con los pedidos que formulen las autoridades de Córdoba”. Por su parte, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, resaltó que “en estos casos no es cuestión de voluntarismo, sino de ponerse a disposición del gobierno de Córdoba, principal afectada, porque a veces el voluntarismo y las ganas de colaborar entorpecen” la tarea.

El titular de los Bomberos de Río Cuarto, Ignacio Puelles, le dijo a Página/12 que “son 60 los focos de incendio en la provincia”. Del total, seis están en las sierras de Río Cuarto, mientras que “siguen amenazando con avanzar hacia nuestra ciudad otros focos que están ubicados en San Luis”. Aclaró que la zona urbana de Río Cuarto, ciudad que cuenta con 200 mil habitantes, “está a cincuenta kilómetros de la sierra, de manera que no hay peligro de que el incendio llegue hasta la ciudad, aunque sí está llegando el humo”. Expresó su preocupación por la salud de los bomberos que están trabajando “con temperaturas de hasta 80 grados, en las zonas donde hay focos de incendio”. La dotación riocuartense está formada por casi un centenar de “chicos que tienen que hidratarse en forma permanente porque el calor ambiente, más el fuego, más la ropa que llevan encima, hacen que tengan que portar en forma permanente mochilas de agua que pesan 30 kilos”.

Aseguró que “lo positivo es que contamos con un buen equipamiento, con vehículos, gps, y los chicos (los bomberos) pueden descansar en hoteles, en cabañas o en carpas de campaña y así poder recuperar energías y seguir trabajando en la lucha contra las llamas”.