SOCIEDAD › ASESINARON A CINCO PERSONAS EN UN BAR DE LA VILLA 1-11-14
Dos hombres entraron a un pool y empezaron a disparar a mansalva. Murieron dos argentinos y tres paraguayos. Investigan si la matanza está relacionada con los narcos. El caso recuerda la masacre del Señor de los Milagros, ocurrida allí en 2005, también con cinco muertos.
Cinco personas murieron tras ser atacadas a tiros por dos hombres en un bar de la Villa 1-11-14 en el barrio porteño del Bajo Flores. Entre los fallecidos hay tres hombres de nacionalidad paraguaya, dos de los cuales tenían causas por drogas. El episodio ocurrió el jueves, pero trascendió recién ahora. La Justicia investiga las causas del hecho.
Las víctimas fueron identificadas por la policía como Hugo Herrera, de 43 años; José Daniel López, de 21, ambos argentinos y dueños del bar donde ocurrió el ataque; y los paraguayos Amado Benítez Fernández, de 47; Miño Altagracia Ferreira, de 50, y Rodolfo Martínez Jara. Todos ellos se encontraban en el bar al momento de los hechos.
El ataque se inició cerca de las diez de la noche del jueves pasado cuando dos hombres llegaron a cara descubierta al pool ubicado en la manzana 9 de la Villa 1-11-14. Mientras uno de ellos se dirigió hasta el mostrador, el otro se quedó en la puerta del local y, enseguida, ambas personas comenzaron a disparar contra todos los presentes. En el bar se encontraban los dueños y los tres paraguayos, además de otros dos hombres y dos mujeres. Tras el ataque, los autores de los disparos escaparon del pool. Personal de Gendarmería Nacional afectado al Operativo Cinturón Sur fue alertado de los disparos de arma de fuego y, al llegar al lugar, constataron que varias personas habían sido baleadas. Algunas de ellas fueron trasladadas en autos particulares a los hospitales Piñero y Penna. Dos de las víctimas llegaron muertas al Piñero y las otras tres fallecieron durante la madrugada del viernes. Como consecuencia de los disparos, otros dos hombres y una mujer también resultaron heridos de bala y fueron asistidos en el Penna.
Dos de los tres fallecidos de nacionalidad paraguaya tenían antecedentes por drogas, aunque, según detallaron fuentes judiciales, habían sido sobreseídos hace varios años.
Fuentes de la fiscalía descentralizada de Nueva Pompeya y Parque Patricios, a cargo de la investigación de los crímenes, confirmaron a este diario que los agresores utilizaron dos pistolas calibre 9 milímetros y que en total efectuaron 15 disparos. “Todavía no se pudo establecer con precisión si existe algún vínculo entre las víctimas. No sabemos si alguno de los baleados recibió el disparo por estar en el momento y en lugar equivocados o si querían asesinar a todos los que finalmente fallecieron. Lo cierto es que los sospechosos no eran circustanciales jugadores de pool. No fueron a eso al bar. Fueron directamente a matarlos”, explicó una fuente de la investigación.
Ayer el fiscal Marcelo Munilla Lacasa tomó declaración testimonial a dos mujeres que se encontraban en el pool al momento del ataque y que salvaron sus vidas al refugiarse debajo de unas mesas. Las testigos, sin embargo, poco pudieron aportar al esclarecimiento del caso, aseguraron desde la fiscalía. A su vez, se ordenó a los peritos la realización de los estudios balísticos para poder determinar la mecánica del ataque.
Si bien los investigadores no pudieron confirmar aún si estos crímenes fueron producto de una venganza narco, el episodio hace recordar los hechos ocurridos hace ocho años en la Villa 1-11-14 conocidos como la Masacre del Señor de los Milagros. Esa vez, en la tarde del 29 de octubre de 2005, un grupo de sicarios salió de los pasillos del barrio Rivadavia 1 y atacó con fuego cerrado a la procesión del Señor de los Milagros, el Cristo Moreno de los peruanos, de la que participaban unos 500 fieles. Producto del tiroteo, cinco personas murieron, entre ellos un bebé de ocho meses, y otras ocho resultaron heridas. La investigación judicial determinó que las balas estaban dirigidas al líder narco del Bajo Flores, el peruano Marco Estrada González, quien formaba parte de la procesión y había sido socio de quien aquel día intentó matarlo: Alionzo Rutillo Ramos Mariños, alias Ruti, también de nacionalidad peruana. Un día después de la masacre, Página/12 relató el episodio desatado por el enfrentamiento entre los bandos de narcotraficantes.
En junio de 2008, casi tres años después, la Justicia condenó a Ruti a 18 años de prisión por el asesinato de Héctor Corvalán. A su vez, los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 15 culparon al líder narco por doce disparos que recibió María Flor Torres Pacheco en la pierna.
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