La enfermera británica Pauline Cafferkey que regresó hace casi una semana a la ciudad escocesa de Glasgow desde Sierra Leona y fue diagnosticada con el virus del Ebola está en estado “crítico pero estable”, aseguró ayer el ministro británico de Sanidad, Jeremy Hunt.

Cafferkey fue internada en el hospital Royal Free el pasado martes para recibir atención especial y según el ministro “está recibiendo el mejor cuidado posible”.

El Royal Free es el único hospital en el Reino Unido que cuenta con los instrumentos y el personal capacitado para tratar el ébola.

Ante la aparición de este caso, Hunt confirmó que se han reforzado las medidas de seguridad en los aeropuertos británicos a fin de evitar que el virus llegue al Reino Unido.

“Hablé esta mañana con Mike Jacobs, experto en enfermedades contagiosas y el médico que encabeza el equipo que trata a Pauline en el hospital Royal Free. Su condición se ha deteriorado y es crítica, pero se ha estabilizado”, explicó ayer Hunt en la Cámara de los Comunes.

La enfermera llegó el domingo por la noche a Escocia tras embarcar en un vuelo que hizo escala en la ciudad marroquí de Casablanca y en el aeropuerto londinense de Heathrow, donde se le permitió continuar su viaje a Glasgow a pesar de comunicar a las autoridades que se sentía mal.

Hace unos días, los médicos del hospital informaron que la enfermera empezó a recibir un tratamiento experimental antivírico elaborado con plasma sanguíneo de supervivientes de la enfermedad.

Cafferkey es la segunda británica afectada por el ébola, tras el enfermero William Pooley, que contrajo el virus el pasado agosto mientras trabajaba en Sierra Leona pero se recuperó luego de ser trasladado a Londres para recibir tratamiento.