SOCIEDAD
› ESTUDIAN ELIMINAR LA CIRCULACION DE COLECTIVOS EN EL CASCO HISTORICO
Un territorio para viajar sin sacar boleto
El gobierno porteño analiza una propuesta para convertir un amplio sector de San Telmo y Montserrat en zona libre de colectivos. El objetivo es preservar los edificios antiguos de la zona y crear allí un “corredor histórico turístico y cultural”. También quieren peatonalizar algunas calles. Las empresas del autotransporte rechazan el proyecto, al que califican como “un delirio”.
El tránsito pesado no resulta amigable para el casco histórico de la ciudad: construcciones que, en algunos casos, tienen hasta 300 años de antigüedad se ven afectadas por las vibraciones que, a diario, produce el transporte público de pasajeros en sus recorridos por la zona. Con la intención de preservar el patrimonio arquitectónico en el área más antigua de la ciudad, el gobierno porteño estudia limitar el tránsito de colectivos en un área que abarca desde Plaza de Mayo hasta Parque Lezama, y entre las avenidas Paseo Colón y 9 de Julio. Para los empresarios del autotransporte nucleados en la Fatap, la iniciativa constituye nada menos que “un delirio”, que perjudicará “los intereses económicos” de las empresas del sector y, fundamentalmente, a los usuarios del servicio. La restricción ya tiene un antecedente: desde abril, en 12 manzanas del casco histórico, ya rige una veda para la circulación de colectivos.
El secretario de Obras y Servicios Públicos porteño, Abel Fatala, confirmó a Página/12 que el gobierno de la ciudad tiene “la voluntad política” de establecer en la zona un “corredor turístico histórico y cultural”. La propuesta fue formulada por la directora del Casco Histórico de la ciudad, arquitecta María Rosa Martínez, y Fatala puso inmediatamente a trabajar a sus técnicos en el armado del proyecto. Además de la eliminación de los colectivos en esa zona, comprende la peatonalización de algunas calles en los barrios de San Telmo y Montserrat. “Queremos preservar el área histórica más importante de la ciudad. Pero no lo vamos a hacer en forma inmediata. Vamos a buscar un consenso con todas las partes interesadas. Si es necesario, consultaremos a los vecinos, cuadra por cuadra”, afirmó el secretario de Obras y Servicios Públicos.
El estudio del proyecto está a cargo del director general de Tránsito y Transporte, Osvaldo Storani, quien sugiere que “toda modificación debe ser progresiva: no se pueden eliminar de un día para otro todos los colectivos en esa zona sino, primero, en algunas calles”.
El proyecto, tal como está planteado, involucra un centenar de manzanas de San Telmo y Montserrat, por donde pasan alrededor de 20 líneas de colectivos. No será fácil sacarlos a todos de ese sector: si la iniciativa se concreta, los ómnibus deberían circular por la avenida Paseo Colón y por las adyacentes a la avenida 9 de Julio, en distintos sentidos.
“La iniciativa va a generar controversia, lo sabemos, pero lo cierto es que en ninguna gran capital del mundo se permite que el transporte público amenace con su circulación la vida de los edificios antiguos y las reliquias arquitectónicas. Hay que preservar las construcciones que tenemos en los barrios de San Telmo y Montserrat. Algunas tienen hasta 300 años de antigüedad. Es una forma de mantener viva la historia de los porteños”, remarcó Fatala.
La idea de las autoridades porteñas es analizar el tema durante lo que resta de este año y comenzar su implementación hacia fines del 2004. Especulan también con la instalación de un servicio de combis que reemplace el recorrido de las líneas de colectivos: la idea es reemplazar el transporte pesado por uno más liviano. Estos vehículos cobrarían una tarifa única a los pasajeros que trasladen.
“Proteger el casco histórico será una forma de asegurar el turismo en esa zona. Por lo que la ciudad se garantizaría de esta manera un importante recurso económico”, consideró Fatala. Y aseguró que la iniciativa “es vista con buenos ojos por los vecinos”.
Según Fatala, la congestión vehicular que se generaría en las avenidas Paseo Colón y 9 de Julio se solucionaría con algunos ordenamientos en el tránsito y algunas obras. Paseo Colón se ensancharía en el tramo que va desde San Juan hasta Carlos Calvo. Los colectivos y taxis transitarán Cerrito-Lima y Carlos Pellegrini-Bernardo de Irigoyen, mientras que los vehículos particulares lo harán por la avenida 9 de Julio.
Por su parte, Héctor Tilve, presidente de la Fatap, calificó la iniciativa como “un delirio que perjudicará la economía de muchas líneas de transporte y a los usuarios”, que, según consideró, tendrán que caminar más de ocho cuadras para tomar un colectivo”. Además acusó a la actual administración porteña de no consensuar con el sector “todas las políticas referidas al transporte público”.
Para Tilve, la incidencia que tiene el transporte público en el deterioro del casco histórico es “muy discutible”. Estimó, además, que el Gobierno de la Ciudad debería efectuar “un emparejamiento de la capa asfáltica en la zona, en vez de prohibir el tránsito de colectivos”.
A fines del año pasado, y tras una dura controversia, se limitó el tránsito de colectivos en un área comprendida entre Belgrano e Hipólito Yrigoyen, y desde Paseo Colón hasta Perú (ver recuadro). Al respecto, el titular de la cámara que agrupa a los propietarios de los ómnibus de corta y media distancia manifestó que los edificios que se buscaba preservar con aquella medida “se están cayendo a pedazos. Y eso que ahora no pasan colectivos”.
Con esta limitación, se preservaron edificios de un importante valor histórico como el Convento de San Francisco, el Colegio Nacional Buenos Aires y la Iglesia de San Ignacio, que corría serio riesgo de derrumbe. Ahora, al extender la prohibición en una zona más amplia, se busca salvaguardar más de 803 edificios de alto valor arquitectónico. La directora general del Casco Histórico de la ciudad, María Rosa Martínez, consideró que la iniciativa es una forma de “intervenir activamente en la conservación del acervo cultural de Buenos Aires. Las capitales más importantes del mundo conservan sus edificios y desarrollan políticas en ese sentido”, remarcó.
La creación de este “Corredor Turístico Histórico Cultural” prevé además la peatonalización de un tramo de la calle Defensa y de una parte del barrio de San Telmo, donde se congregan los anticuarios y otros locales que atraen la atención de los visitantes extranjeros.
Producción: Leonardo Castillo.
Subnotas