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Antecedente con polémica
La veda a la circulación de colectivos en un área de la ciudad tiene un antecedente en la ley sancionada por la Legislatura porteña, que en diciembre del 2002 prohibió el tránsito de colectivos en las doce manzanas comprendidas entre las avenidas Belgrano, Paseo Colón y Diagonal Sur, y las calles Hipólito Yrigoyen y Perú. De esta forma se buscaba proteger los antiguos edificios de la Manzana de las Luces de las vibraciones que producía el transporte público durante sus recorridos.
La legislación afectó a nueve líneas (22, 24, 28, 29, 86, 91, 103, 111, y 126), que debieron cambiar sus trayectorias. Pero su puesta en práctica fue difícil: la resistencia de la Fatap, por un lado, y la indiferencia de la Secretaría de Transporte de la Nación (responsable del servicio de colectivos en la ciudad), por otro, determinaron que recién en abril de este año la normativa tuviese un cumplimiento efectivo.
Incluso, ante la demora en su ejecución, el párroco de la iglesia de San Ignacio, Francisco Delamer, tuvo que salir la calle a cortar el tránsito para impedir que los colectivos transitaran por la calle Bolívar, frente a las puertas de su averiado templo.
Por su parte, la Fatap recurrió la medida ante la Justicia pero no logró su revocación. Como consecuencia de la sanción de esta ley, la avenida Belgrano pasó a contar con una doble mano hasta su intersección con Diagonal Sur, que también se convirtió en una vía de ida y vuelta.
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