La lujosa mansión de Acassuso del empresario José Luis Demaría quizá cambie su decoración: los 150 cuadros que cuelgan de sus paredes podrían mudarse a las bodegas del Banco Ciudad, destino final de las obras de arte introducidas al país sin ser declaradas y sin pagar impuestos. Además, el millonario deberá enfrentar un proceso judicial por supuesto contrabando. El miércoles ocurrió el allanamiento donde detectaron pinturas por un valor de entre 500 mil y 2 millones de dólares; ayer venció el plazo para presentar los boletos de compra y los comprobantes de impuestos pagos. La defensa solicitó una prórroga de diez días, pero el pedido sería denegado.
“Fuimos preparados para encontrarnos con cinco o diez obras, pero al entrar nos dimos cuenta de que eso era una galería privada de pinturas de dos por tres metros, de cuadros en todas las paredes, por todos lados. Era impresionante”, detalló una alta fuente de la investigación y pronosticó que “esperamos que no haya dilataciones, que el juez deniegue el pedido de prórroga. Tendríamos el broche de oro, iríamos con todo el personal necesario para llevar todo a las bodegas del Banco Ciudad”.
El operativo había empezado a las 10.30 del martes y a las 11 llegó el propietario, junto con tres abogados. Ante el pedido de los papeles, Demaría –un exitoso empresario durante el menemismo, que fue el vicepresidente del Exxel Group hasta mediados del 2001– sólo repetía que al día siguiente (por ayer) se presentaría con los comprobantes de compra. Luego optó por el silencio absoluto; sólo miraba las paredes de su mansión. El ejecutivo era la mano derecha de Juan Navarro, el presidente del Exxel, encargado de la ingeniería financiera y referente del mundo de los negocios durante los ‘90. En la actualidad está al frente del fondo de inversión Zeus.
Entre personal de Delitos Federales, peritos de la AFIP, Aduana, el juez y especialistas pictóricos, en el allanamiento participaron unas 15 personas, que estuvieron en el lugar hasta las 19. Ante la gran cantidad de obras, optaron por dejar efectivos custodiando la zona y aguardar a que en los próximos días el juez interviniente, Guillermo Tiscornia, autorice incautar las pinturas. El traslado de las obras de arte es muy delicado y requiere personal especializado en restauraciones artísticas.
“Si tenía los papeles, los hubiese mostrado el martes, a lo sumo hoy (por ayer). Estoy seguro de que no tiene nada, sólo está viendo la forma de sacarla lo más barata posible”, interpretó el investigador.
En la mansión de Estanislao del Campo al 400, de Acassuso, hay pinturas de Fortunato Lacámera, Quiroz, Bayardúa, Rómulo Macció, Berni, Spilimbergo, Dumelik, Fígari, Gurvich, Kuitca, Seguí y Agüero.
Especialistas de galerías de arte explicaron que es común que ejecutivos inviertan en obras de arte porque son de fácil reventa y destacaron que también es común que no declaren las pinturas porque tributan el 10,5 por ciento sobre su valor total. Por este motivo, toman dos caminos: dejan las obras fuera del país o las ingresan sin pagar los impuestos. “Para entrar pinturas no hace falta estar en un paso fronterizo específico, se puede entrar por Ezeiza con la tela en un tubo bajo el brazo y listo, las máquinas no detectan la diferencia entre una tela común de una pintura. Es muy fácil ingresarlas”, detallaron.
Si Tiscornia rechaza la prórroga, hoy, o los primeros días de la próxima semana, llegará hasta el exclusivo barrio de San Isidro una brigada de especialistas para catalogar y trasladar las 150 obras de arte. Las pinturas podrían terminar en un remate público y el empresario, con un proceso por supuesto contrabando y evasión tributaria.
Informe: Darío Aranda.