Uno de los integrantes de la banda que secuestró y amputó un dedo a Ariel Strajman, en octubre de 2002, dejó de gozar ayer del beneficio de arresto domiciliario, que le habían otorgado por tener 70 años. Se trata de Alberto Somaruga, quien sin autorización judicial salía de su casa y se paseaba por el barrio donde también vive la víctima. Familiares de Strajman presentaron la denuncia ante los tribunales y la Justicia ordenó que el detenido sea alojado en una unidad penitenciaria.
Pese a que Somaruga se encontraba bajo la tutela de una de sus hijas, solía salir de su casa para realizar compras a una panadería y al almacén, en el barrio porteño de Villa Urquiza. Por esa razón, el juez federal Claudio Bonadío le quitó el beneficio que le había otorgado semanas atrás y resolvió derivarlo a la unidad penitenciaria de Marcos Paz para cumplir con el arresto dispuesto en la causa.
“La persona que tiene arresto domiciliario está obligada a firmar un acta-compromiso para no trasponer la puerta de su casa, salvo en caso de urgencia, que se debe comunicar al juez para que le dé autorización”, explicó el abogado de Strajman, Carlos Wiater.
El propio procesado admitió haber salido sin permiso de su domicilio para realizar “compras esenciales”, lo que justificó con el argumento de que hasta el lunes no había sido “oficialmente notificado” de las restricciones que regían su arresto.
Somaruga está acusado de ser uno de los nueve integrantes de la “banda de los patovicas” que secuestró el 16 de octubre del año pasado a Strajman cuando entraba a su casa. Para presionar a su familia para que pagara un rescate de 30 mil dólares, el joven sufrió la amputación de una falange del dedo meñique. Strajman finalmente fue rescatado por la policía el 18 de ese mes en una casa de Pilar, donde estaba cautivo.
Somaruga, por su parte, negó haber participado del secuestro, por el que están además detenidos tres de sus seis hijos y su esposa, actualmente alojada en la Cárcel de Ezeiza.