Después de un proceso de más de cuatro años, el Tribunal Oral número 30 dará a conocer mañana la sentencia del juicio a Sebastián Cabello, acusado de matar durante una picada a Celia González Carman y a su hija Vanina Rosales. El fiscal Pablo Ouviñas pidió 11 años de prisión por “doble homicidio con dolo eventual”. La familia de las víctimas reclamó una pena de 15 años, por el mismo cargo. La defensa de Cabello, en tanto, solicitó una condena en suspenso por homicidio culposo. De todos modos, el acusado quedará en libertad hasta que el fallo sea confirmado, ya que sus abogados adelantaron que apelarán a Casación y a la Corte Suprema, en un trámite que puede demorar hasta dos años.
Si bien la pena máxima para el delito que se le imputa a Cabello es de 25 años de cárcel, el abogado querellante, Marcelo Parrilli explicó que pidió “una pena menor porque el acusado no tiene antecedentes penales”. “Estamos muy conformes con el desarrollo que tuvo el juicio. Creemos que nuestra posición quedó bien sustentada, Cabello debía saber que al conducir un auto a 130 kilómetros por hora en una ciudad podía matar, pero no le importó. En eso consistió su conducta dolosa. Lamentablemente, aunque reciba una condena habrá que esperar a que la sentencia quede firme”, dijo el abogado a Página/12.
En su alegato, el abogado de Cabello, Carlos Novak, reconoció la culpabilidad del joven, pero aseguró que “no tuvo intención de provocar un daño”. Además, durante el juicio se esforzó en probar que su cliente no corría una picada y que viajaba a esa velocidad porque creía que la avenida Cantilo, donde ocurrió el hecho, “era una autopista”. Después de escuchar a los 36 testigos que prestaron declaración, y tras escuchar los alegatos, el tribunal pasó a un cuarto intermedio hasta mañana a las 10.
Sergio Rosales, esposo y padre de las víctimas, consideró que Cabello debería quedar detenido “automáticamente” si recibe una pena efectiva. “Tengo confianza en que se hará justicia. Revivir una vez más todo lo que sucedió con mis seres queridos en este juicio me llenó de dolor”, remarcó.
En la madrugada del 30 de agosto de 1999, el acusado embistió con su Honda Civic al Renault 6 en el que viajaban Celia y Vanina. Como consecuencia, madre e hija murieron carbonizadas. En el juicio, varios testigos declararon ante el tribunal haber visto al Honda Civic correr a la par de otro automóvil.
Durante la audiencia del viernes pasado, el testigo Lucio Etchegoyen contó que en octubre de 1998, Cabello lo abandonó tras un accidente automovilístico, en Francisco Alvarez. El acusado negó el hecho en una audiencia posterior y su abogado defensor, Carlos Novak, denunció que el testigo “le pidió dinero al padre de Cabello para no declarar”. Pero en su alegato, Parrilli desestimó la denuncia. Al concluir el alegato de su abogado defensor, Cabello se retiró de los tribunales corriendo y bajo la custodia de ocho hombres que lo rodeaban. Los familiares y amigos de las víctimas los perseguían al grito de “asesino”.
Producción: Leonardo Castillo