Fue, como en aquellas historias de arrabal, una disputa pasional, pero entre chicos, una pelea que terminó en tragedia. Ocurrió en un boliche de Colegiales ayer a la madrugada y la víctima fue un joven de 20 años, apuñalado por otro de 17 en plena pista de baile y ante decenas de testigos. Aunque el homicida escapó apenas cometido el crimen, no fue difícil identificarlo: la policía lo fue a buscar, sin éxito, a su domicilio, en la Capital Federal, y tampoco lo encontró en los lugares donde solía estar.
El hecho ocurrió a las 4.50 de ayer en el local bailable El Teatro, ubicado a metros de la esquina de las avenidas Federico Lacroze y Alvarez Thomas, en el barrio de Colegiales. A esa hora, dos chicos se trenzaron a golpes: uno de ellos, Federico Medina, de 20 años, era el novio de una chica que había sido abordada, momentos antes, por un pretendiente, un pibe de 17 años. En medio de las trompadas, el menor sacó de un bolsillo un pequeño cuchillo con el que atacó a su rival: le asestó tres puñaladas, una de las cuales le produjo una herida mortal en el pecho.
El agresor arrojó su arma en el lugar y escapó, en medio de la confusión. Los amigos de Medina sacaron al herido a la vereda, y el personal policial que estaba de custodia en la calle llamó al SAME. Pero cuando llegó la ambulancia, el chico ya estaba muerto.
Personal de la comisaría 37ª llegó al lugar de inmediato: ordenaron a los organizadores del baile cerrar las puertas, encender las luces y apagar la música. Así, fueron haciendo salir de a uno a los concurrentes, a quienes interrogaban sobre el hecho.
Según fuentes policiales consultadas por Página/12, fueron decisivas las declaraciones de los amigos de Medina, especialmente de su primo, quien lo acompañaba en El Teatro. Fue quien ayudó a ubicar a la novia de la víctima, en torno de quien se había originado la pelea. Habría sido esta chica quien –junto a otros testimonios reunidos en el lugar– contribuyó a identificar al agresor, que era buscado por la policía. Como para terminar de cerrar el círculo, en un sector del boliche los investigadores encontraron el arma homicida.
El Teatro es un boliche bailable donde además se organizan recitales. De acuerdo con los investigadores, en el momento del episodio el lugar estaba repleto, por lo que la pelea fue observada por muchos jóvenes. El caso, caratulado “homicidio”, es investigado por el juzgado de instrucción de turno de Capital Federal.
El Teatro tiene capacidad para más de 1000 personas. La pista de baile está en la planta baja, en la cual también hay un escenario, mientras que en la planta alta hay una espacio VIP, con una posición privilegiada para ver el espectáculo. Ambos sectores cuentan con una barra.
El boliche ya tiene antecedentes de hechos de violencia, ya que a fines de noviembre pasado, unos cien jóvenes que salieron de bailar en El Teatro protagonizaron una batalla campal en las inmediaciones del lugar con otros que habían concurrido a otra discoteca. Como consecuencia de la gresca, hubo varios heridas.
Se trata, además, del mismo boliche que el Gobierno de la Ciudad clausuró durante quince días, en mayo pasado, a partir de la denuncia que realizó ante la Defensoría del Pueblo porteña el padre de Adrián Capo, un joven de 18 años que fue agredido brutalmente por al menos dos patovicas a la salida del lugar. El hecho ocurrió el 18 de abril, casualmente el mismo día de la agresión de otro patovica que trabajaba en el boliche El Sublime a Guido Anachuri, quien sigue en proceso de rehabilitación a raíz de los golpes que recibió. Después de ese hecho, los dueños del boliche despidieron a todos los patovicas que trabajaban en el lugar y contrataron a una empresa de seguridad privada.
De todas formas, los investigadores aclararon que en el episodio ocurrido ayer, el personal de seguridad del local no tuvo ningún tipo de intervención y se limitó a ayudar a la víctima hasta que llegó el personal del SAME.