SOCIEDAD › LA CONTAMINACION CAUSA PROBLEMAS ARTERIALES
Los riesgos de la polución
La contaminación atmosférica provoca un estrechamiento de los vasos sanguíneos que pueden derivar en problemas cardíacos. A esa conclusión llegaron, por primera vez, investigadores de la Universidad de Toronto, Canadá, después de someter a un grupo de voluntarios a respirar partículas tomadas del aire urbano, dentro de una cámara.
En este estudio, publicado en el último número de la revista Circulation, 125 personas sanas inhalaron concentraciones elevadas de partículas finas y ozono durante dos horas. Tras la exposición, los vasos sanguíneos de los voluntarios sufrieron un estrechamiento de una media entre el 2 y el 4 por ciento. En cambio, los vasos no se estrecharon cuando estuvieron expuestos a aire sin ozono ni partículas.
“Tenemos multitud de datos epidemiológicos que afirman que la contaminación atmosférica está asociada con situaciones respiratorias y cardiovasculares adversas, pero todavía no comprendemos cómo se produce esa asociación fisiológicamente. Estos resultados indican una posible razón para que la tasa de ataques cardíacos y otros accidentes cardiovasculares aumente con la exposición a la contaminación atmosférica en personas con enfermedad cardíaca y arterial conocida”, afirma Robert D. Brook, coautor del estudio y profesor de Medicina Interna en la Universidad de Michigan.
En este trabajo, los investigadores se han centrado en el ozono y en las partículas finas –con un diámetro inferior a 2,5 micrómetros– que son emitidas por combustibles fósiles. La mayor parte procede de los tubos de escape de los automóviles, la generación de energía eléctrica y múltiples procesos industriales. El ozono y otras partículas adicionales se crean cuando el sol incide sobre estas emisiones.
“La exposición a las partículas finas está relacionada con accidentes coronarios, como los ataques cardíacos”, explica Brooks. “A diferencia de las partículas de mayor tamaño, que quedan atrapadas en las vías respiratorias superiores cuando son inhaladas, las partículas finas consiguen llegar a los alvéolos, donde pueden afectar al resto del sistema cardiovascular e influir negativamente en la circulación de la sangre”, añade.