La investigación del femicidio de Diana Verónica Rojas, la estudiante de abogacía de 25 años hallada muerta el martes pasado en Puerto Madryn, apunta a una persona muy cercana a la víctima. Los investigadores creen que la joven fue llevada viva al descampado, en un auto; que intentó escapar del femicida corriendo; que él la alcanzó y la asesinó, para, luego, dejar allí su cuerpo, a pocos metros de una ruta. La pista más firme investiga a un conocido de Rojas que, de acuerdo con los testimonios recabados en el expediente, buscaba tener una relación sentimental con la joven pero era rechazado por ella. “No hubo delito sexual, porque así lo reconoce la autopsia, ni tampoco parece haber habido intento de ello”, aclaró el fiscal en jefe de Puerto Madryn, Daniel Báez, quien señaló que el crimen sucedió “a plena luz del día”.

Los peritos expertos en rastros indicaron que las huellas marcadas en la tierra y el descubrimiento de un zapato de Rojas, ambos en los alrededores del lugar donde fue hallado el cuerpo, acreditan la hipótesis sobre los pasos que precedieron al crimen. Los indicios, detallaron, dan cuenta de que la joven fue llevada hasta ese lugar a bordo de un auto, aunque aún se desconoce si de manera voluntaria o a la fuerza. El algún momento, bajó del vehículo y echó a correr por el campo. Fuentes de la investigación informaron que en la tierra quedaron marcas de “cierto desplazamiento de arrastre”, que podrían atribuirse al hecho de que el femicida arrastró el cuerpo de la chica una vez que la alcanzó.

El fiscal Báez advirtió que el delito sexual quedó descartado. “No hubo delito sexual, porque así lo reconoce la autopsia ni tampoco parece haber habido intento de ello, porque cuando esto ocurre generalmente la ropa aparece desgarrada y éste no fue el caso”, advirtió. Sin embargo, subrayó que “el crimen fue a plena luz del día, no de noche”.

“Por los testimonios que recogimos, el crimen se produce entre las diez y media de la mañana y las cuatro menos veinte de la tarde del martes, que es el lapso entre la última comunicación telefónica y el momento del hallazgo”, reconstruyó el fiscal Báez.

El cuerpo fue reconocido el miércoles por la noche por el padre y la madre de la joven, Alfredo Rafael Rojas y Margarita Martínez, que llegaron a Puerto Madryn con su otra hija y su hijo, a bordo del auto de un ex novio de Diana, quien los trasladó desde Entre Ríos. Ayer, los padres de la chica brindaron declaración ante el fiscal.

La oficina de Báez también recibió la declaración de un taxista que fue una de las últimas personas en ver con vida a Rojas. El hombre contó que, horas antes de que su cuerpo fuera encontrado en el descampado del sur de la ciudad, llevó a la chica a su casa.

Una de las amigas de Rojas, Sofía Acuña, aseguró a la prensa que sabe quién asesinó a la joven y que lo declaró ante la Justicia. “Yo tengo la certeza de quién la mató y lo declaré ante los fiscales. Fue por una cuestión sentimental, no fue por el lado sexual. Vino más por el lado del despecho, por un amor no correspondido”, señaló.

En tanto, Cecilia Mülbayer Hansen, amiga de la joven asesinada, reveló que había estado con ella hasta la noche del lunes, luego de rendir una materia en la facultad de Derecho. “Estuvimos comunicadas luego por Whatsapp hasta poco después de las diez, pero no respondió más y entendí que era por cansancio, porque me había dicho que se iba a dormir”. Mülbayer Hansen detalló que esa “fue la última vez que yo me comuniqué con ella, pero tengo entendido por amigos en común que el martes a la mañana se contactó con otros”.

Hasta anoche, los investigadores no habían encontrado el teléfono celular de la víctima, pero de todos modos analizaban las últimas llamadas que había realizado, y los últimos mensajes enviados y recibidos.

Fuentes judiciales señalaron que ayer a última hora o esta mañana sería dispuesto el traslado a Nogoyá de los restos de la joven asesinada; el gobierno provincial y la Municipalidad de Puerto Madryn anunciaron que el traslado correrá por su cuenta.