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El término fue acuñado ahora por la prensa uruguaya. Pero remite a uno de los conceptos surgidos en 1997 durante el XVII Congreso Interamericano de Turismo organizado por la OEA en San José de Costa Rica: seguridad invisible. La fórmula aplicada para manejos de técnicas de seguridad en centros turísticos de alta calidad ahora se instalará en la costa esteña como novedad de la temporada. Con ese modelo, el Ministerio del Interior de Uruguay controlará paraderos, residencias y zonas de movimiento de los ricos y famosos del verano, para prevenir la posibilidad de que la moda de los secuestros llegue a Punta del Este. La policía esteña vigilará sin que lo sepan cada uno de los desplazamientos de los turistas VIP. Eso sucederá este verano, en el que los operadores de turismo uruguayo ya anuncian su propio boom turístico con “el retorno de la clase media acomodada argentina”. Según los datos de la Asociación de Inmobiliarias esteña, las demandas más importantes se notaron en las ofertas más caras. Se ocupó el 95 por ciento de los alquileres del orden de los 5000 dólares mensuales. Y ya se reservó el 50 por ciento de la plaza de alquileres que oscilan entre 2000 y 5000 dólares al mes, el doble que el verano pasado. Además, los alquileres de este año están cambiando la tendencia que se había profundizado los dos últimos veranos. “Se abandonaron los alquileres de 10 y 15 días para volverlos a hacer mensuales”, destacó un vocero del Ministerio de Turismo de Uruguay.
Mario San Pedro es el jefe de la Policía de Maldonado, el hombre que tiene a cargo los operativos de seguridad que este año contarán con un 10 por ciento más de efectivos en la calle. Desde hace meses, sus hombres están conociendo la experiencia de las Brigadas Antisecuestros de la Policía Federal Argentina. A lo largo de varios seminarios fueron conociendo la experiencia made in Argentina de negociación, rescate y prevención de secuestros. “No para actuar”, aclara San Pedro. “Para conocer cómo se mueven porque nosotros –previene– por suerte no sufrimos de este tipo de hechos.” Los intercambios les sirven para organizar planes de riesgo.
En ese contexto de contingencia apareció el operativo de seguridad invisible. “Sí –confirma San Pedro–, son trabajos que se hacen en forma encubierta porque no queremos generar una situación de psicosis entre los veraneantes.” Y aclara: “No sé si son invisibles, son medidas de seguridad a distancia”. Para los monitoreos a distancia de las residencias más importantes y de los personajes que acudirán este verano, la policía hizo un relevamiento de las zonas donde se alojan y donde se hospedan. “A veces se hace difícil detectar a todas las personalidades –explica el jefe de la policía–, pero en lo posible sabemos quiénes son y dónde están.” Los trabajos de protección antisecuestros se intensificarán durante los eventos especiales o en los sitios de concentración de gente.
Algunas de las medidas ya han comenzado. En el departamento de Maldonado se lanzó el Operativo Atlántico 2004, un diseño derivado de un programa nacional de seguridad para el verano. Atlántico 2004 incluye el concepto de seguridad invisible pero, además, la presencia de una superpoblación de policías y patrulleros en las calles y en los alrededores de los balnearios de Maldonado. Un equipo de la policía funcionará exclusivamente para el turismo: “El rol principal –explica nuevamente San Pedro– será el asesoramiento al turista, es parte del personal de elite de la fuerza que estará a disposición de los visitantes”.
Como cada temporada, Punta del Este funcionará con público argentino durante el mes de enero y brasileño en febrero. Como si el verano funcionara como una función de cine, los operadores turísticos ya están diciendo que no hay localidades disponibles. El 90 por ciento de las plazas disponibles entre el 15 de diciembre y el 6 de enero ya están cubiertas. Según los datos de la Asociación de Inmobiliarias esteña, las demandas más importantes se notaron en las ofertas más caras. Se ocupó el 95 por ciento de los alquileres del orden de los 5000 dólares mensuales. Y se reservó el 50 por ciento de la plaza de alquileres que oscilan entre 2000 y 5000 dólares al mes. Ese es uno de los valores más interesantes para los operadores de turismo. Consideran que esa franja representa a los sectores medios que el año pasado a esta misma altura del año habían reservado sólo 25 por ciento.
La tendencia completa de enero les está indicando en este momento que el 70 por ciento de la oferta será completamente alquilada. En la franja de ofertas destinadas a los sectores medios acomodados, los alquileres reservados prevén una ocupación del 90 por ciento y entre la franja de ofertas más económicas, de 2000 dólares hacia abajo, habría una ocupación de ciento por ciento.
Así como en la costa argentina, el Ministerio de Turismo uruguayo proyecta el verano con estadías prolongadas. De acuerdo con los datos de uno de los voceros del Ministerio, los alquileres de este año están cambiando la tendencia que se había profundizado los dos últimos veranos. “Se abandonaron los alquileres de 10 y 15 días para volverlos a hacer mensuales”, explican. Ese fenómeno fue definido por los integrantes de la Cámara Inmobiliaria como el resultado del regreso de la clase media alta argentina.
En el sector hotelero suceden cosas semejantes con la demanda. Al día de hoy, los datos del Centro de Hoteles esteño indican un 90 por ciento de ocupación, un 30 por ciento más que en los últimos años. Para esta misma fecha la ocupación del año pasado, por ejemplo, apenas cubría el 55 por ciento de la plaza. También para los promotores de este sector, los cambios están definidos por el regreso de la clase media argentina, pero también de la uruguaya. María Fernández confirma esa tendencia. Es asistente de relaciones públicas del Conrad, con plazas en valores que en este momento van de los 300 dólares diarios a los 7500 en una suite privada. “Las cenas del último fin de semana se agotaron –dice– mientras que el año pasado teníamos lugares libres incluso para la fiesta de Navidad.” Además de las cenas, el Conrad tiene todas las plazas cubiertas: “Para que te des una idea –dice Fernández–, no hay un hotel bueno libre en todo Punta del Este: te lo digo porque estamos derivando gente desde hace un mes”.
Entre ellos están los argentinos. Tuvieron arribos masivos y constantes a lo largo de diciembre, sobre todo durante los fines de semana. La clase psicotizada con el secuestro express también hizo un aterrizaje de prueba: “Sus compatriotas –dice nuevamente el jefe de la Policía de Maldonado– vienen buscando tranquilidad, salen de ahí muertos de miedo”.