SOCIEDAD › LAYLA SAINZ, LA JOVEN DEL BAJO FLORES SECUESTRADA POR SEGUNDA VEZ, APARECIO AYER
La adolescente apareció por la mañana cerca de su casa, en la Villa 1-11-14. La causa es investigada por el fiscal Marcelo Roma, que no dio a conocer detalles. Docentes y amigos continúan denunciando redes de trata en la zona.
Layla Nayeli Sainz Fernández, la adolescente de 14 años que había sido secuestrada por segunda vez el martes pasado, luego de haber señalado en la Justicia a uno de sus captores en la causa que investiga su primera desaparición, apareció en la mañana de ayer cerca de su casa, en el barrio 1-11-14, y ya se encuentra con su familia. Desde que reapareció, además, y de acuerdo con el protocolo legal para estos casos, Layla fue acompañada además por médicos del SAME e integrantes de la Agencia Territorial de Acceso a la Justicia (Atajo).
Hasta anoche, no habían trascendido detalles del estado de salud en el que fue encontrada la joven. “Los padres están enfocados en proteger a su hija y siguen las recomendaciones legales de no especificar las circunstancias en que se halló a Layla”, informó a este diario uno de los integrantes de la Red Organizaciones del Bajo Flores que acompañan a la adolescente y su familia.
La investigación del segundo secuestro, sospechado de sus vínculos con una red de trata, estará a cargo de Marcelo Roma, titular de la Fiscalía de Instrucción N°3, que contará con la colaboración de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex). Además, el Ministerio Público Fiscal comunicó que para este caso intervendrá un equipo de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (Dovic), para acompañar a Layla en el proceso legal que tendrá la causa.
Semanas atrás, la joven había declarado en cámara Gessell por su primera desaparición, ocurrida el 22 de octubre del año pasado. Después de aquel testimonio, “Layla quedó desprotegida, con mucho miedo y sin ninguna custodia dispuesta por el fiscal”, explicaron anteayer los padres Sergio Sainz y Neyva Fernández a Página/12.
Ya conocida la noticia de la aparición de Layla, al mediodía alumnos y docentes del Normal Nº 4 –al que concurre Layla– realizaron un abrazo simbólico al establecimiento, una acción que fue organizada junto con la Red de Docentes, Familias y Organizaciones Sociales del Bajo Flores (RDFO).
“Estamos acá para denunciar las redes de trata en el barrio. Por suerte apareció Layla, pero ya son quince las chicas que desaparecieron de un momento para otro y no puede ser que no exista protección desde el Estado”, relató a este diario uno de los docentes que participó de la protesta.
“Ya son 15 las denuncias que acumulamos en la comisaría del barrio y siguen con las mismas respuestas: ´seguro se habrá ido con un noviecito´ o ´debe ser un caso de violencia familiar por el cual desapareció´. Lo único que genera esto, es impunidad a los delincuentes” advirtió Andrea Bohus, integrante de la Red de Docentes, Familias y Organizaciones Sociales del Bajo Flores. En el mismo sentido, el docente Guillermo de la Mata señaló que “el fiscal (Adrián) Giménez (que investiga el primer secuestro de Layla), por inoperancia o por complicidad, no toma en cuenta los casos de secuestros de chicas del barrio. Ya son 15 los casos”.
El martes 4, a las siete de la mañana, Layla salió de su casa rumbo a la Escuela Normal N°4, ubicada en Rivadavia al 4900, pero nunca llegó a clase. Sus familiares, en conjunto con vecinos, activistas del movimiento de mujeres y compañeros de colegio de la chica emprendieron su búsqueda, y distribuyeron su foto por las redes sociales, junto con un teléfono para recabar información. Además, el jueves realizaron una manifestación frente al colegio, y cortaron la calle, para volver todavía más visible el reclamo. “Basta de perseguir, amenazar y desaparecer a nuestras chicas. Docentes del Normal 4” expresaba un pasacalle colgado en la protesta.
Los integrantes de la RDFO señalaron su preocupación por cómo se reiteran los casos de adolescentes engañadas y captadas por adultos mediante perfiles falsos en redes sociales. “Además del episodio de Layla, encontramos similitudes en todos los casos que acompaña la Red”, advirtió en diálogo con este diario la docente Bohus. “Empiezan con perfiles truchos de Facebook y siempre tienen amigos en común con las chicas que agregan. Ahí empieza una conversación, después sigue con ciertas exigencias: fotos desnudas, encontrarse en determinados lugares y horarios. Y sino, las amenazan directamente, con mensajes intimidatorios. Después, las chicas terminan desaparecidas”, agregó.
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