SOCIEDAD › OPINION
Una cachetada a tiempo
Por Silvia Quadrelli *
En estos días, de una manera casi trivial si no fuera por su fuerte contenido simbólico, el gobierno nacional acaba de echarle un balde de agua fría a la expectativa que le pudiera quedar a los más crédulos entre los que aspiran a la construcción de un sistema de salud que garantice una ciudadanía igualitaria para todos los argentinos. Con importante repercusión mediática y cierto dramatismo sentimental, el Poder Ejecutivo anunció que honraría la memoria del Dr. René Favaloro, transformando el día de su natalicio en el día nacional de... la Medicina Social.
René Favaloro es una figura conocida y respetada, que desde que volvió de los EE.UU. nunca se desempeñó en el hospital público. Seguramente consideró que ese ámbito no le garantizaba el suministro de los elementos necesarios y eligió trabajar en instituciones provistas de alta tecnología, pero en las que la lógica de mercado marcaba que el acceso a las prestaciones estaba determinado por los recursos propios del paciente o la calidad de su pagador. Esta elección es absolutamente legítima y no merece ninguna descalificación moral. Pero llamar a eso medicina social, es reírse en la cara de los miles de médicos argentinos que todos los días conviven con la pobreza y viven la frustración de tener que compensar con su esfuerzo personal un Estado ausente que no garantiza los recursos mínimos para los pacientes en situación de máxima necesidad.
La única satisfacción de esos médicos es sentir que, al menos, tienen el reconocimiento de la sociedad por esa tarea que todo el mundo sabe ímproba, frustrante e interminable. Saben que nunca serán exitosos especialistas que viajan a congresos internacionales o ganan salarios abultados, pero que nadie conoce como ellos el barro y la miseria y que nadie les puede disputar ese lugar en el corazón de la Argentina polvorienta: el de llevar adelante la medicina solidaria que permite el acceso a la salud para todos.
Pues bien, hoy, el gobierno nacional les ha dado la cachetada que les faltaba y les ha dicho que ellos, ni siquiera valen eso. Que la medicina social está representada por un prestigioso cirujano de la actividad privada que nunca tuvo protagonismo directo para trabajar desde su fama en un mejor acceso a la salud para los más pobres, entre otras cosas, porque no era esa ni su función ni su formación.
Uno se pregunta si esta decisión proviene simplemente de la ignorancia de cuál fue la trayectoria del Dr. Favaloro o de no haber leído nunca un texto sobre “medicina social”. En ese caso, todos veríamos con alivio que en el futuro, los seguramente muchos asesores ministeriales se informaran con más precisión antes de formular sus recomendaciones. Si, por el contrario, esta nominación fue hecha a sabiendas, no podemos más que agradecer la sinceridad. Si no habíamos comprendido bien al leer el Plan Federal de Salud que la línea de este ministerio es continuar con las políticas de los organismos internacionales de crédito, que no está dispuesto a otorgarle a la Salud en Argentina el status de derecho universal de ciudadanía o residencia sino que decide insistir con las políticas de seguros y canastas básicas promovidas por el Banco Mundial y que opta por imponer una brutal transferencia de los dineros del Estado hacia los efectores privados (básicamente obras sociales en manos de los respetados dirigentes sindicales)... Ahora nos lo dice más claro.
Gracias por la claridad. A veces es mejor una buena cachetada a tiempo.
* Médica del Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari de la Universidad de Buenos Aires.